BANQUEROS DELINCUENTES por Nestor Grancelli Cha
Ernestina Gamas | 5 noviembre, 2012
¿Cuántos lectores de medios gráficos, oyentes de noticieros radiales o audiencia de programas televisivos, saben de qué se trata cuando nos hablan de la tasa LIBOR? Si hay temas más atractivos, ¿por qué entonces prestar atención a una palabra que no está en nuestro lenguaje habitual. Sin embargo, ella figura en los comentarios cotidianos de los últimos años. La explicación es simple: la palabra Libor está vinculada a la vida de millones de personas comunes que ni siquiera saben que el vocablo libor identifica una tasa de interés y su denominación corresponde a la sigla formada con la primera letra de la Institución que la creó. Menos se sabe acerca de cómo esta tasa puede incidir en la economía personal, en la del país y en el mundo globalizado de nuestros días. Por algo se la viene mencionando en los comentarios económicos y políticos.
Ocurre que una sorpresiva maniobra de falsificación en la elaboración de la tasa, se ha convertido en un episodio singular de la mayor importancia para la comunidad internacional. Se trata de un escándalo que en los mas responsables círculos, no se ha dudado en calificar como el “mayor fraude de la historia para millones de consumidores”.
En los ámbitos financieros, con la denominación LIBOR, se identifica a una tasa determinada del interés que se acuerda y adopta en operaciones del más diverso tipo, tales como las de préstamos, de compraventas, hipotecarias ,etc. que se formalizan a diario y por sumas muy significativas en todo el mundo. La tasa libor es una referencia universal para operaciones de más de 550 billones de dólares en derivados financieros de todo modelo de contratos. Es la tasa de interés que se pacta en contratos de préstamos a nivel mundial, por lo que tiene gran influencia en operaciones de créditos hipotecarios, y en las relacionadas con tarjetas de c rédito que usan millones de personas en todo el mundo. También es la tasa adoptada por contrataciones de Estados, Organismos internacionales, Instituciones bancarias y Entidades financieras. En suma, la tasa libor es un acuerdo interbancario para fijar el porcentual de interés temporal y cada contrato puede fijarla como tal o bien pactar sobre la misma un adicional ( o una quita ocasional) para fijar el número exacto del interés convenido en la operación. Es en sí una medida para facilitar un acuerdo preciso y numérico entre las partes. En definitiva una creación convencional que facilita las relaciones contractuales.
Pero ¿cómo se determina oficialmente la tasa libor tratándose de un número convencional? ¿Quiénes deciden ese número diariamente?
EL ESCÁNDALO DE LA MANIPULACION
Veamos algunas definiciones previas:
LIBOR es el vocablo creado por la sigla resultante de la utilización de la primer letra de la denominación de la Institución que calificó esa tasa: ” London Inter Bank Offered Rate.”
TASA es el número porcentual que fijan los bancos que ofrecen fondos no asignados a otros bancos en el mercado mayorista (o mercado interbancario). Tal tasa es siempre ligeramente superior a la tasa “London Inter Bank Bid Rate”, la tasa efectiva con la cual los Bancos están preparados para aceptar depósitos. Normalmente es muy similar a la tasa “Federal funds rate” de los EEUU , pero de mayor uso internacional que la libor fijada por la Asociación de banqueros británicos. Se publica diariamente desde que se impuso, en 1986, sobre otras alternativas, aunque sin desplazar a los swap de tasas ni a otras formas que aún se adoptan en ciertas operaciones. Los Bancos miembros de este sistema operan en más de 50 Naciones con gran cantidad de instrumentos financieros, tales como contratos a futuro, bonos de tasas flotantes, créditos sindicados, etc. y en gran cantidad para hipotecas y monedas. En Europa la tasa de similar importancia de la libor, es la Eurobor que se utiliza casi en la misma medida.-La Tasa Libor se emplea básicamente en libras esterlina y en dólares. En menor medida, en Yen, francos suizos y otras pocas monedas fuertes.-
Hasta 2008, nada perturbaba los operativos con tasa libor pero a mediados de ese año, el periódico Wall Street Journal puso en dudas el sistema utilizado para fijar el valor referencial libor. El comentario periodístico general, daba a entender que los bancos habían minimizado los costos de los préstamos durante la crisis financiera de ese año, con lo cual los bancos del grupo podían solicitar dinero de otros bancos a menor costo y a la vez, que alguno apareciera más sano de lo que realmente estaba frente a la crisis. Poco después, trascendió que algunos de los grandes bancos – (como el Citigroup) podían solicitar dinero a menos puntos que el calculado conforme a la información del seguro contra la suspensión de pagos. Se llegó a denunciar que las autoridades de control se estaban concentrando en pocos bancos, mencionándose a tres que fueron citados judicialmente.
En 2011 debieron hacer declaraciones públicas entidades como el Banco de Pagos Internacionales y el Fondo Monetario Internacional para calmar el mercado financiero. Un año después, el Financial Times publicó que la manipulación era una realidad y el tema fue comentario obligado en casi todos los medios. Las investigaciones se profundizaron y el Banco Barclays fue multado con 290 millones de dólares. Las denuncias, desde las de inversionistas individuales hasta las de instituciones, entidades gubernamentales y Fondos de cobertura, se fueron acumulando a punto tal que, según estimó Macquarie Research, los bancos demandados afrontaban una potencial indisponibilidad de más de 176 mil millones de dólares calculados estimando que la tasa libor se había subestimado en 0,4 puntos porcentuales durante los años 2008-2009. Otros analistas consideraron que la suma no sería de tal gravedad, pero igualmente podría costar a los bancos involucrados sumas muy elevadas. Además se iniciaron investigaciones en otras naciones, como en Francia ante la sospecha de que bancos franceses estaría cometiendo similar especulación.
Recientemente el Parlamento europeo, a través de su Comité de Asuntos Económicos, ha proyectado nuevas normas para evitar estas maniobras y hasta podría apoyar disposiciones tendientes a imponer sanciones penales. Uno de sus miembros, Arlene McCarthy, afirmó que las simples multas” fracasaron a la hora de cambiar la cultura en las actividades bancarias”.
También en EEUU se abrieron dos nuevas investigaciones sobre el comportamiento de Barclays con intervención del Departamento de Justicia y la Comisión Nacional de Valores.
En resumen, la repercusión de estas maniobras y su investigación se manifestó en todos los ámbitos económicos y financieros del mundo, incluso en China que también adoptó resguardos y condenó estas maniobras.-
En estos días, una nota de Ignacio Ramonet publicada el 2 de noviembre por la Agencia Latinoamericana de Información, analiza detalladamente el tema y lo hace bajo un título sin eufemismo: “TRAMPOSOS BANQUEROS”. También el artículo fue publicado en Other News como reproducción de lo editado en Le Monde Diplomatique donde se le incluye como subtítulo, una sentencia de Francisco de Quevedo: ”Poderoso señor es Don Dinero”.-
La nota de Ramonet comienza con una afirmación rotunda: “el poder ha pasado de los políticos a los especuladores de bolsa y a una cohorte de tramposos banqueros”, para señalar luego que cada día los mercados mueven casi 7 billones solo en deudas de los Estados de la Eurozona. La decisión colectiva diaria de esos mercados “puede ahora derrumbar gobiernos, dictar políticas y someter a los pueblos”. Advierte que estos nuevos amos del mundo no sienten ninguna preocupación por el bien común. “La única racionalidad que los motiva -dice Ramonet – es la codicia…. llegan a comportarse como mafias…. Y actúan con una impunidad total.”
Señala en otros párrafos: desde que, en 2008, estalló la crisis, en gran parte causada por ellos (aludiendo a los banqueros) ninguna reforma seria ha conseguido reglamentar los mercados ni meter en vereda a los banqueros. Reconoce, obviamente, que los bancos tienen un papel clave en el sistema económico y son constructivas sus actividades tradicionales, como estimular el ahorro, otorgar créditos, financiar empresas, impulsar el comercio. Sin embargo, desde que se generalizó el modelo de Banco Universal y se añadió a sus funciones toda clase de actividad especulativa y de inversión, los riesgos para los ahorristas se han multiplicado, “así como los fraudes, los engaños y los escándalos”.-
Se refiere además al caso concreto de Goldman Sachs que ayudó a Grecia en 2001 a maquillar sus cuentas para permitirle entrar en el área del Euro y que en menos de 7 años se descubrió la fullería con el estallido de su economía, inicio de una crisis de todo el continente.
La nota concluye afirmando que “en materia de grandes estafas organizadas por los Bancos, la impunidad es la regla”. Pero no sin antes denunciar que, en España, el banco HSBC fue acusado de blanquear dinero de la droga y de los narcotraficantes mexicanos y que el J.P: Morgan auspició una iniciativa que acarreó pérdidas por 7.500 millones de Euros a sus clientes ¡!
Su último párrafo es un simple interrogante: ¿ ”Hasta cuándo las democracias podrán soportar esa impunidad”? y retoma el caso, con un recuerdo: El Informe de Fernand Pecora a quien el presidente de los EEUU, Herbert Hoover, le había encomendado estudiar la responsabilidad de los Bancos en la crisis de 1929.
El informe Pecora concluye con una propuesta: llamar a los responsables de aquella crisis con una expresión formada con parte de dos vocablos: “BANKSTERS” Las dos palabras utilizadas: banqueros y gánsteres.
Noviembre de 2012.
Sin ânimo de defender a gente que hace cosas indebidas y que debiera pagar los delitos cometidos considero que a este anälisis le falta una arista.
Si la tasa Libor fue subestimada por los banqueros para aparentar una situación en la que no estaban y ahorrar dinero; entonces, considerando que dicha tasa es usada como referencia de infinidad de transacciones tal como estâ descripto al inicio del artículo, muchos gobiernos, grandes empresas y deudores hipotecarios se han beneficiado de tasas menores por el mismo efecto de la subestimación. Podríamos decir que son cómplices? No habría que reclamarle a estos que devuelvan los beneficios «indebidos»?
Quien se perjudico entonces? Podriamos decir que aquellos ahorristas que depositaban sus ahorros en bancos que pagaban intereses no correlacionados con el riesgo que representaban. Tambien se perjudicaron aquellos inversores en títulos de deuda de países con intereses basados en Libor.
Algo similar ocurrio con la pesificación asimétrica en 2002. Todos apuntaron a los bancos pero sin mencionar que muchas personas, y empresas, se beneficiaron de la misma por la modificación mandatoria de los términos contractuales que ordenó el estado y que ellos habían consentido a sabiendas de que había un riesgo (de no haber existido las tasas en pesos hubieran sido iguales a las de dólares, lo que no ocurrio en los 90). Alguien escucho a algún deudor hipotecario quejarse de la pesificación que le permitio ahorrar muchísimos pesos?
En definitiva es un juego de suma cero donde, si bien los banqueros ganan, hay otros beneficiarios ocultos que alientan la estigmatización de estos personajes para cubrir sus beneficios.
Los bancos juegan un rol clave en la economía y están administrados por seres humanos tan ambiciosos como el resto de la humanidad es por ello que necesitan ser controlados. Pero al igual que las guerras las crisis bancarias podrán cambiar su forma pero no van a desaparecer ya que son momentos de quiebre en las tensiones naturales de toda actividad humana.
Agradezco al señor Maximiliano Rossi su comentario que aporta una mirada desde otro ángulo, enfoque que me permite agregar algunos párrafos, necesariamente breves por tratarse de textos para un blog.
El lector Rossi, con acierto y objetividad, describe aspectos del problema tratándolos con una mirada diversa, pero siempre generados por el «poderoso señor Don Dinero». Estamos pues en el tema, y conviene poner claridad para evitar confusiones.
Entiendo que, tanto en mi nota como en el comentario suscitado, se describe el mismo problema, aunque con distintos enfoques. En la nota lo hago desde la perspectiva del beneficio obtenido por los bancos, mientras el del comentario incluye, en igualdad, a los «consumidores» que también se beneficiaron con la submedición de la tasa LIBOR. Ademas, el comentario introduce un elemento que no trató la nota: compara el tema Libor con la pesificación asimétrica que conocimos los argentinos y que, con razón y justicia, critica.
Sin embargo, no profundiza en el aspecto clave que comporta tal comparación, esto es, la buena o la mala fe de los participantes.
Y, a mi juicio, ésto en muy importante teniendo en cuenta que en el caso de la Libor, nadie -salvo los bancos que la fijaban- conocía la maniobra de subestimación de su mesura. Mal podría entonces imputarse complicidad en la manipulación a «consumidores» que la utilizaron creyendo en su legitimidad. Nadie puede ser responsable de haber hecho pagos que creía correctos. En síntesis, en lo relacionado con la pesificación, está claro que, contrariamente a lo ocurrido en el episodio Libor, tanto los banqueros como los usuarios conocían perfectamente la ilegalidad de la medida con la que ambos se beneficiaron. Sobre el particular, me permito recomendar un análisis escrito en 2003 por Horacio Liendo y Pedro Sexe con el titulo «Del caso San Luis a la ilegitimidad de la compensación a las entidades financieras», publicado en La Ley 2003 – C-1245. Recordemos además que, con posterioridad, la Corte Suprema designada por el expresidente Kitchner convalidó la pesificación y «cubrió» a quienes se apropiaron de mas de un tercio del PBI, post crisis, como lo demuestran cifras del Banco Central de la República Argentina.
Y señalemos por último que los grandes beneficiarios en el caso argentino no fueron los banqueros, si no los grandes GRUPOS empresarios y la participación también, aunque en notorio menor grado, de los «consumidores.
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Volviendo al caso Libor, debo enfatizar que la mala gestión de los banqueros, no puede hacernos perder el convencimiento
de que sin un sistema confiable, el hombre común no tiene posibilidad de realizarse en el mundo actual, siendo éste el mayor daño que ocasiona la pérdida de confianza en prácticas que deben ser impolutas, concibiendo tal calificación como lo limpio y sin la menor mácula. Y si no es abusar, agregaría aquí que no se puede echar al olvido a la gente común, sobre todo a los jóvenes que hoy necesitan una vivienda donde constituir el hogar , contar con algun medio elemental para movilizarse en un país con transportes colapsados, comprar elementos esenciales, lograr el sustento básico para sí y los suyos, forjar el capital de trabajo indispensable para algún emprendimiento que brinde bienestar y salud a su familia, educación para sus hijos, en suma, lo necesario para vivir dignamente. Porque, convengamos, atender tales necesidades en nuestros días, sólo es posible si los excedentes de todo tipo generados por la actividad económica, se depositan en los Bancos y éstos los usan para prestarlos a quienes afrontan el problema de cubrir los aludidos requerimientos. Observación ésta nada novedosa pero
nunca desdeñable, porque es esencial para valorar el aporte que puede brindar a la sociedad este tipo de instituciones, siempre que sus conductores actúen con solvencia y honestidad.
Por eso, resumiendo, debo decir que la buena fe de los banqueros y de quienes manejan la economía, no sólo es una cuestión moral, con lo importante que ello es, sino por un imperativo de supervivencia de una sociedad que aspire a vivir en condiciones dignas y en pleno goce de la libertad.
En un artículo famoso, en el cual en 2004 les otorgaron el Premio Nobel de Economía, Kydland y Prescott pretendían demostrar que a menudo era racional restringir el margen de maniobra de los gobernantes a los efectos de evitar que tomaran decisiones circunstanciales, vinculadas,por ejemplo, a los plazos electorales, contrarios, en el mediano plazo, al interés general. Más vale un gobierno con reglas que un gobierno discrecional, sostenían tomando en particular como ejemplo el campo de la política monetaria. Fervientes defensores de la independencia de los bancos centrales, esos dos autores se ubicaron decididamente entre los promotores de la noción de «constitucionalismo económico». Pierre Rosanvallon -«La Legitimidad Democrática» Manantial 2009.