Editorial 0ctubre 2024
Estimados lectores de con-texto
Desde hace más de un año dejé de escribir Editoriales que encabezaran esta publicación. Había y sigue habiendo mucha turbulencia e incertidumbre para pensar con claridad. Ahora intento retomar este espacio que comenzó en mayo de 2012.
No es que haya llegado la calma, todo lo contrario.
La gente eligió y votó. Se aferró a una figura desconcertante que pide paciencia para atravesar el sufrimiento en la recesión y la escasez y así ver “luz al final del túnel”. Los países que consiguieron bajar la inflación lo hicieron a lo largo de varios años, porque la vida tiene reclamos cotidianos imposibles de eludir y no se puede sumir a todos en larguísimos e imposibles padecimientos.
Qué vemos algunos a través de la bruma. Alguien que vocifera sin distinciones como si siguiera en campaña. Un rockero que ahora es el Presidente de la Nación, no un niño que juega con una fantasía. Los insultos y descalificaciones denotan su propia debilidad frente a quienes podrían ayudarlo. Incapaz de distinguir entre amigos o enemigos. Escupe epítetos del peor gusto para los que no opinan como él. Después, cuando no le queda otra, llama la atención el tono controlado y respetuoso con que pide la escupidera para conseguir sus propósitos.
Es una forma diferente de ver y vivir la política. Pero qué se pretende de la Política y de quien la ejerza.
Sentido de responsabilidad y mesura. Capacidad de negociación en lugar de ir detrás de un capricho como niño enfurruñado.
No viene de una Universidad Pública con mayúscula, no tiene la capacidad que se auto adjudica ni tampoco tiene “el mejor Ministro de Economía de la historia”. Se asoma al balcón de la Rosada con Bukele, Susana Gimenez y Yuyito Gonzalez. La irritación se va desperdigando entre la gente a la que somete a un sacrificio que por ahora no conduce a una mejora ni próxima ni futura.
Estamos ante un panorama peligroso, ya que el precipicio aparecerá de pronto ante la gente al ver la futilidad de su esfuerzo y sólo logrará resentimiento y agresividad.
Sus promesas de campaña, entre sacudones y barquinazos, se van diluyendo en mentiras.
Harta de callar, para no ser clasificada como partidaria de unos o de otros, es hora de salir de este remolino de confusiones para centrarnos en lo que creemos.
Caminos minados venimos transitando desde hace muchos años y el Presidente no es ajeno a ello. Basta recorrer en detalle su caótico Curruculum Vitae, veremos que sin ningún plan, promete cosas incumplibles. Conoce poco la historia, no sabe hablar ni se anima a convocar a una conferencia de prensa
Vetar es la respuesta que surge de su propia debilidad, de su falta de equipo, de sus caprichos ejemónicos. Sin empatía con sus gobernados, demuestra una insensibilidad patológica que se exacerba en picos de belicosidad.
La inflación bajará a fuerza de recesión, lo cual dejará cadáveres en el camino. Los países que lo lograron la bajaron a lo largo de unos años. No hay lugar para la magia, ni para el cumplimiento de sueños que rompan esta realidad donde ya resulta asfixiante vivir. No es pesimismo sino los hechos que irrumpen y nos ahogan.
Es cierto que donde se investiga saltan secreciones podridas, corrupción y pus.
Interesante y esclarecedor para los votantes habría sido presenciar buenos debates de los que aspiraban a la presidencia. Casi no existieron propuestas. Si día a día se destapan ollas podridas, que sólo arrojan su olor fétido, mencionarlas hubiera sido necesario. Es un país que se va deshilachando entre pactos espurios a los que sólo se puede enfrentar con coraje pero además con habilidad y con mucha inteligencia. En lugar de un enfrentamiento racional, predominaron la viveza y la zancadilla. Será porque faltan ideas y sobran lugares comunes
Será que ninguno está demasiado seguro de la ejecución de sus propuestas y de exponerlas. Será que hay pactos ocultos que habrían quedado al descubierto.
Sin duda vamos a transitar tiempos peores, herencias a desenmarañar. Verdades que deberán darse a conocer.
El nuevo blanco es el periodismo que, en algunos casos, recibe bajo cuerda algunos beneficios y si en lugar de hartarnos con comentarios insustanciales, se hubiera dedicado a organizar debates iluminadores, con entrevistadores confiables y no tendenciosos, hubiera sido fuente de creatividad y firmeza apoyándose en la repregunta necesaria para tal efecto en lugar de repetir comentarios, piruetas argumentales hechas de papel picado.
Hay algunos brillantes y decentes. El periodismo de investigación estuvo y está haciendo una labor magnífica aportando números del desfalco que nos fue llevando a esto.
Llama la atención que los ataques verbales del Presidente se dirijan a personas de probada solvencia moral y de trayectoria conocida en el campo político. Es una estafa política.
Hay tanto para corregir o reconstruir, tantas las falsedades a desenmascarar, tanta la inconsistencia con la que se nos chantajea ofreciendo lo imposible que es ardua la tarea que nos toca si en lugar de tratarnos como votantes fuéramos tratados como ciudadanos, haciendo el seguimiento de las promesas para que se vayan cumpliendo.
Agradeceré volver a recibir artículos de mis antiguos colaboradores y nuevos con la condición de que en ellos sean respetados los principios Republicanos.