POBREZA, INSTITUCIONES Y FEDERALISMO: EL CASO DE SALTA por José Armando Caro Figueroa*
Con-Texto | 21 noviembre, 2021Buenas tardes
Muchas gracias a los organizadores de este XXIV Seminario de Federalismo Fiscal por la invitación que me permite participar de este importante evento y tomar contacto con todos ustedes. Y un agradecimiento especial para mi amigo Carlos Gervasoni, cuyas investigaciones y trabajos me han ayudado (a mí y a muchas personas del Norte Argentino) a ordenar ideas y a comprender mejor a nuestra querida provincia.
DIAPO 1 – Tomando el concepto de federalismo fiscal en los términos propuestos por Juan José LLACH[1], me referiré en primer lugar a la situación de Salta. Para luego ensayar algunas explicaciones acerca de porqué estamos como estamos. Finalizaré con algunas reflexiones mirando al futuro.
I.- SITUACIÓN
DIAPO 2 – Como es sabido, Salta sobresale en el panorama nacional por sus malos indicadores sociales y económicos. Desigualdades, pobreza, desocupación, trabajo no registrado, asalariados pobres, niñas y niños mal nutridos, pésima gestión de los residuos, componen un panorama desolador.
A su vez, en el terreno que es propio de la producción, Salta exhibe empresas pujantes en el sector de la minería, la agroindustria y el turismo, que funcionan en un entorno de generalizado estancamiento económico. Un estancamiento que algunas veces es fruto de reglas y decisiones locales. Y otras, resultado de la crisis económica que padece la Argentina en su integridad. Cuando no consecuencia de los reacomodamientos que están produciéndose en la economía mundial.
Para completar este panorama hay que añadir la presencia de un aparato estatal hipertrofiado, incapaz de dar respuestas adecuadas a los requerimientos económicos ni a las urgencias sociales, ni de atender a los nuevos roles que la salida de la crisis global y los nuevos tiempos asignan a los Estados[2]. Salta es, en este sentido, un expresivo ejemplo de que el endiosamiento del Estado no conduce al progreso ni al bienestar.
Los servicios de salud (públicos y sindicalizados) atraviesan una larga crisis. La educación impartida por el sector público muestra las consecuencias de la ideologización así como de históricos y contemporáneos errores de políticas y de gestión.
Mientras esto ocurre, las autoridades prefieren ignorar la realidad o maquillar datos, ante la resignada mirada de amplias capas de la población.
Para concluir esta primera parte de mi exposición esbozaré las características principales del Modelo Productivo de Salta (un Modelo que tiene similitudes con lo que sucede en otras provincias del Norte empobrecido. “Así de inoportunos son los destinos de estas crueles provincias”, al decir de Héctor TIZON).
DIAPO 3 – El aparato productivo salteño es muy pequeño. Su mercado interior también lo es. Dentro de una población que ronda el millón 700 mil habitantes, hay solo 100.000 trabajadores registrados en el sector privado, y un poco mas en el sector público. La inmensa mayoría de comprovincianos vive del trabajo en negro, del cuentapropismo precario o de los planes sociales. Arrastramos grandes déficits en materia de infraestructuras, comunicaciones, transportes y urbanismo.
En este contexto, nuestro aparato productivo funciona en base a pautas no escritas que desdeñan las reglas ambientales y promueven el trabajo no registrado, En este sentido Salta es una enorme zona franca laboral que, pese a ello, no genera empleo suficiente.
Históricamente[3] la de Salta ha sido una economía primaria que, agotados los yacimientos de Potosí[4], entró -con altibajos y sueños incumplidos- en el círculo vicioso de la pobreza y el subdesarrollo.
DIAPO 4 – La inversión productiva es, en Salta, extremadamente débil. En términos generales, los capitales y las políticas públicas prefieren extraer[5] materias primas, explotar bosques, aguas y yacimientos sin proyectos de agregar valor y crear empleos genuinos. Pero aun en los casos en donde los productores preferirían agregar valor y multiplicar riquezas y empleos, estas intenciones tropiezan con dificultades que emanan de regulaciones centralizadas.
El orden conservador, por lo demás, no se muestra propicio a las innovaciones. Y, cuando ocurre alguna destrucción, carece de potencia creativa[6].
II.- ¿CÓMO SE EXPLICA TODO ESTO?
Uno podría preguntarse: Y si esto es así, ¿por qué perdura un regimen político que -más allá de matices- lleva no menos de 25 años gobernando, legislando y sentenciando?
Antes de exponer mi versión acerca de estas razones, permítanme señalar que mi enfoque será crítico a sabiendas de que el patriotismo salteño manda no criticar, y en ocasiones, no pensar por fuera del marco que dictan las tradiciones interesadas.
Pienso que la pregunta sobre las causas de nuestro subdesarrollo solo puede responderse desde el análisis institucional que revela la existencia de -al menos- cuatro grandes problemas acumulados y no abordados.
DIAPO 5 – Soportamos una crisis de representatividad, una crisis de constitucionalidad y de convencionalidad, una crisis cívica, y una crisis provocada por el unitarismo.
Me referiré brevemente a cada una de ellas.
La primera está organizada a partir del desigual valor del voto[7]. Y se traduce en generosos “premios” que en bancas legislativas recibe la fuerza política que obtiene el mayor número de sufragios. Dicho en otros términos: Funciona en Salta un regimen electoral altamente distorsivo de la voluntad ciudadana que, además, otorga sobrerrepresentación a los territorios y sectores sociales mas alejados de la modernidad, o más susceptibles de ser manipulados por las minorías que efectivamente detentan el poder y cuentan con los recursos necesarios para armar aparatos en condiciones de ganar elecciones.
La segunda tiene su clave de bóveda en la Corte de Justicia de Salta controlada invariablemente por el poder político de turno. Nuestro alto tribunal es guardián del orden político i-representativo, y de la supremacía de las costumbres locales más antirrepublicanas y conservadoras.
La crisis cívica[8] se manifiesta, a su vez, de varias maneras: Una débil conciencia democrática. Lagunas en nuestra formación cívica y de género. Preferencias por el mayoritarismo (el Colegio de Abogados, por ejemplo, no admite la presencia de las minorías en su Junta Directiva). Crecientes niveles de violencia y exclusiones. Modos arcaicos de pensar. Resistencias a cambiar.
Esta debilidad cívica colectiva coexiste con excepciones individuales que conectan con un pasado en el que Salta dio grandes pensadores y hombres públicos, como lo fueron Indalecio Gómez[9], Francisco J. Ortiz[10] o Manuel Alvarado[11].
La debilidad que apunto se manifiesta también en la generalizada ajenidad de las preocupaciones salteñas respecto de los temas que integran la Agenda nacional y la Agenda Global. Este “vivir aislados” es, a mi modo de ver, fruto de un errado patriotismo provinciano.
Pese a la crisis energética global[12] y a la potencialidad de Salta en materia de energías y combustibles, sólo la CGT Regional ha ensayado abrir un debate poniendo en paralelo aquella crisis y esta potencialidad.
DIAPO 6 – La cuarta de las crisis que vengo reseñando puede enunciarse de esta manera: Salta tolera el unitarismo y el centralismo de facto y sobrevive gracias a ellos y al pacto perverso que lo sostiene.
Me referiré a este punto en seguida. Lo haré no sin antes mostrar una curiosidad histórica: El peronismo local fue tendencialmente unitario, en el sentido de que no reivindicó competencias ni atributos que son propios de un esquema federal de organización del Estado. Antes, el radicalismo había seguido parecido derrotero, salvo en el breve interregno de Joaquín Castellanos.
Los casos del petróleo (en tiempos de la Standard Oíl) y de las relaciones laborales, ejemplifican este posicionamiento político de la otrora fuerza mayoritaria. Mientras los conservadores locales[13] reclamaban la propiedad de los recursos del subsuelo, el peronismo salteño propiciaba la nacionalización y estatización de los hidrocarburos.
Hoy se aprecia un cierto giro, teñido de neoconservadurismo. En el caso del litio (y de otros recursos naturales), las fuerzas políticas locales se sienten satisfechas con “el domino originario de los recursos naturales existentes en su territorio” que estableció la reforma constitucional de 1994[14], pero prefieren administrar ese dominio desde visiones extractivistas.
Es bueno advertir que estas crisis simultáneas y acumuladas no son solo una serie de acontecimientos circunscriptos al ámbito de los principios jurídico-políticos.
Estamos frente a un largo deterioro que genera gobiernos que no representan a las ideas, sectores sociales, intereses colectivos de la Salta que a duras penas emerge. De una larga decadencia que permite a pequeños núcleos -muy preparados para controlar resultados electorales- tomar decisiones contrarias al interés general, técnicamente defectuosas o dictadas solo por la inspiración repentina o por la inescrutable voluntad de los que detentan el poder.
III.- REFORMAR PARA QUE NADA CAMBIE
Afortunadamente Salta no es tan conservadora ni tan irresponsable como, a veces, puede deducirse de los actos de quienes gobiernan, legislan o dicen justicia.
En estos últimos años nuestro tejido social y asociativo gana en volumen y en fuerza movilizadora. Los trabajadores con trabajo y los trabajadores sin trabajo. Las víctimas de las violencias. Los usuarios de servicios públicos. Los consumidores y ambientalistas, luchan por sus intereses, por sus derechos, y tienden a organizarse autónomamente, ante la indiferencia u hostilidad del Estado y de los poderes fácticos.
Los sectores que prefieren mantener el actual estado de cosas, disponen de atajos y herramientas para que nada sustancial cambie. Una, es apelar a las “reformas tapón”, como sucede con la actual Asamblea Constituyente, o con la reforma del Proceso Laboral que han comenzado a reclamar los sindicatos.
Otra de aquellas herramientas es crear organismos tomados de la modernidad institucional e inmediatamente vaciarlos de contenido: Ocurrió con el Consejo de la Magistratura, con el Consejo Económico y Social y con la Auditoria General de la Provincia.
Hay una herramienta más: Dictar normas que luego no se cumplen: Como la Ley de acceso a la información pública, o el Código Iberoamericano de Ética Judicial.
IV.- UNITARISMO Y FEDERALISMO
Me genera una cierta inquietud hablar de estos temas en presencia de los tres distinguidos especialistas que componen esta Mesa. Pero me atreveré a hacerlo exponiendo mis reflexiones de simple salteño inquieto y que día a día descubre nuevas claves del Regimen que gobierna Salta.
DIAPO 6 – Tengo la sospecha de que esta anormalidad federal (por llamarla de alguna manera) es fruto de un pacto no escrito entre las élites pampeanas y las del Norte Grande. Un pacto según el cual los políticos de este sufrido Norte se avienen a sostener a quienes desde el ámbito nacional dirigen a la Argentina a cambio de subsidios que aquieten la pobreza, el desempleo y las exclusiones[15].
Un pacto que alienta indisimuladamente la irresponsabilidad fiscal de las provincias y el clientelismo político. Un pacto que, tras décadas de vigencia, no ha logrado que converjan los niveles de desarrollo del centro con los del Norte Grande.
Si alguno se atreve a cuestionar este armado (federal en los textos legales y unitario en la realidad), lo hace para reclamar -sin éxito- una nueva Ley de Coparticipación.
Creo que esta Ley y una reforma del federalismo fiscal son muy necesarios. Pero creo también que serán insuficientes si no vienen acompañadas de una profunda reforma de la organización unitaria de la economía argentina.
Cuando en Buenos Aires y alrededores se levantan voces reclamando reformas estructurales, hablan del comercio exterior, del regimen monetario y cambiario, de la presión tributaria global y si acaso de la reforma laboral.
Sin embargo, muy pocas de estas voces incorporan el dato federal. Predominan las demandas reformistas pensadas desde el centro del país para resolver prioritariamente los problemas de ese mismo centro territorial y cultural.
Todo parece indicar que el incipiente debate acerca de la reorganización de la economía argentina mantendrá las reglas que llevan al Norte intercambiar votos parlamentarios por subsidios paliativos.
Ojalá me equivoque. Pero no se advierten, ni siquiera en este Norte Grande, ideas ni reivindicaciones para transformar el unitarismo regulatorio y productivo en un Federalismo eficaz y solidario.
V. IMAGINANDO EL FUTURO
DIAPO 7 – Si nada cambia. Si el principio de igual valor del voto sigue siendo ignorado por quienes gobiernan y por su brazo judicial, todo seguirá igual.
Probablemente hasta que la indignación social desencadene cambios. O hasta que aparezca algún héroe de la retirada[16].
Sin olvidar que la ruptura, como sucedió por ejemplo en los años de 1940, puede venir de la mano e iniciativa de la Nación decidida a retomar la senda republicana y a mejorar la calidad de todas sus instituciones[17].
Algunas esperanzas centradas en el Norte Grande[18] se alejan, dado que los caudillos provinciales no tienen interés alguno en cambiar ni en denunciar su pacto no escrito con los sectores unitarios que gobiernan desde el centro del país.
DIAPO 8 – La nueva organización de la economía debería contemplar un solo modelo económico (economía de mercado con un Estado activo), sujeto a dos órdenes regulatorios estatales diferentes (comenzando por el comercio exterior y algunos aspectos de las relaciones de trabajo). Algo así como aquella idea de DEN XIAOPING: “Un país, dos sistemas”.
Que en nuestro caso nos lleva a una Argentina efectivamente federal, que facilite la construcción local (subnacional) del desarrollo y la competitividad (LLACH). Que fije criterios para coparticipar todos los ingresos (incluidos los que genera la inflación, mientras esta perdure), el crédito, la inversión pública y los incentivos (a la inversión privada, a la innovación, a la productividad, a las exportaciones).
El Norte necesita una profunda reforma educativa, en sintonía con el programa de reorganización de la economía con sentido federal. Nuevas formas de pensar que incorporen la complejidad (MORIN) archivando al pensamiento lineal y binario. Nuevas formas de gestionar que desplacen la burocracia autoritaria por técnicas diseñadas a partir de Misiones (MAZZUCATO). Mas conversar y cooperar y menos mandar y excluir. Si Salta recuperara su ambición debería liderar la Coalición Exportadora de la que habla Pablo GERCHUNOFF Necesitamos, también y por último, un nuevo programa estratégico de desarrollo (BARBARÁN) y de gestión de nuestra riqueza minera, agroindustrial y turística.
Con un único propósito: Alcanzar la cohesión territorial y social, así como la paz social y ambiental, en un plazo razonable. Muchas gracias.
*Miembro del Club Político Argentino y del
Foro de Observación de la Calidad Institucional de Salta (FOCIS)
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DIAPO 9 – AGHION, P. “El poder de la destrucción creativa. Qué impulsa el crecimiento económico” (2021).
BARBARAN, Gustavo ZICOSUR, Oportunidad para el Norte Grande Argentino” (2019).
ENZENSBERGER, Hans M.
GERCHUNOFF, Pablo y HORA, Roy “La moneda en el aire” (2021).
GERVASONI, Carlos “Democracia y autoritarismo en las provincias argentinas”
GOMEZ DIEZ, Ricardo “Legitimidad democrática y valor del voto en Salta” (2012).
KOENING, Marcelo “Una Constitución para todos. Una introducción al pensamiento de SAMPAY” (2015).
LLACH, Juan José “Federales y Unitarios en el siglo XXI” (2013).
MAZZUCATO, Mariana “Misión Economía. Una guía para cambiar el capitalismo” (2021).
MELONI, Osvaldo “Dos siglos de historia económica del noroeste argentino” en BANDIERI, S. y otros “Historia económica de las regiones argentinas” (2019).
RIFKIN, Jeremy “El Green New Deal Global. Porqué la civilización de los combustibles fósiles colapsará en torno a 2028, y el audaz plan económico para salvar la vida en la tierra” (2019).
SOLA, Bernardo “Apuntaciones de glosa cívica. Aproximación a la Civística” (2011)
TEUBAL, M. y GIARRACA, Norma “Actividades extractivas en expansión” (2013).
URDANOZ GANUZA, Jorge “Una teoría del sufragio igual” (2021).
[1] LLACH, Juan José “Federales y Unitarios en el siglo XXI” (2013). Para LLACH el concepto de federalismo fiscal remite al “conjunto de instituciones -Constitución, leyes, organismos, acuerdos políticos y mecanismos- que legislan, regulan y eventualmente determinan el despliegue territorial de los recursos del Estado. Estos incluyen las potestades generales (misiones y funciones de cada nivel del Estado), las de gasto público y las tributarias, la coordinación intergubernamental y la coparticipación de los recursos…” (página 21).
[2] MAZZUCATO, Mariana “Misión Economía. Una guía para cambiar el capitalismo” (2021).
[3] MELONI, Osvaldo “Dos siglos de historia económica del noroeste argentino” en BANDIERI, S. y otros “Historia económica de las regiones argentinas” (2019).
[4] GERCHUNOFF, Pablo y HORA, Roy “La moneda en el aire” (2021, página 123), con cita de Roberto CORTES CONDE.
[5] TEUBAL, M. y GIARRACA, Norma “Actividades extractivas en expansión” (2013).
[6] AGHION, P. “El poder de la destrucción creativa. Qué impulsa el crecimiento económico” (2021).
[7] URDANOZ GANUZA, Jorge “Una teoría del sufragio igual” (2021). GOMEZ DIEZ, Ricardo “Legitimidad democrática y valor del voto en Salta” (2012).
[8] SOLA, Bernardo “Apuntaciones de glosa cívica. Aproximación a la Civística” (2011)
[9] Ministro del Interior de Roque Saénz Peña.
[10] Ministro de Relaciones Exteriores de Julio Argentino Roca.
[11] Ministro de Obras Públicas de los presidentes Agustín P. Justo y Miguel Ortiz.
[12] RIFKIN, Jeremy “El Green New Deal Global. Porqué la civilización de los combustibles fósiles colapsará en torno a 2028, y el audaz plan económico para salvar la vida en la tierra” (2019).
[13] URIBURU MICHEL, Francisco “El derecho de las provincias a las minas en su territorio” (1991)
[14] Lo que representa un giro respecto del peronismo histórico salteño que abrazó el artículo 40 de la Constitución de 1949 (Véase Marcelo KOENING “Una Constitución para todos. Una introducción al pensamiento de SAMPAY” (2015). Dice el famoso artículo 40: “…Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedad imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la correspondiente participación en su producto que se convendrá con las provincias…”.
[15] GERVASONI, Carlos “Democracia y autoritarismo en las provincias argentinas”. Cita: “En mi opinión, el factor estructural que más contribuyó a crear las condiciones para la aparición de regímenes provinciales híbridos fue la existencia de un sistema de federalismo fiscal que beneficia notoriamente a ciertas provincias pequeñas, cuyos gobernantes disponen de generosas rentas fiscales federales –a veces, complementadas por igualmente generosas regalías petroleras– que les permiten sostener un gasto público per cápita muy elevado en comparación con el de otras provincias y –al mismo tiempo– prácticamente no cobrar impuestos provinciales. Estas provincias fiscales" (Cao, Francés y Vaca 1997, 92) que subsisten casi enteramente gracias al dinero enviado desde la Capital Federal y cuyos sectores públicos emplean a la mayoría de la población económicamente activa…”.
[16] ENZENSBERGER, Hans M.
[17] Por ejemplo, un fallo de la CSJN que imponga el principio de igual valor del voto.
[18] Sobre aspectos de este espacio institucional en lento desarrollo, véase BARBARAN, Gustavo (Director) “ZICOSUR, Oportunidad para el Norte Grande Argentino” (2019).