ANTE EL CISMA O LA RECLUSIÓN por Carlos Gabetta*
Con-Texto | 3 abril, 2021Fuente : Perfil
Rezo para que no haya cismas, pero no tengo miedo”, afirmó Francisco. Eso fue hace unos meses (CNN en español, 10-9-19), pero ahora el fantasma que lo lleva al rezo puede que comience a darle miedo.
Ocurre que, electo como fue para “modernizar” a la Iglesia en el contexto de una grave crisis de fieles y vocaciones, Francisco viene espantando al clero conservador con sus posiciones sobre el mundo LGBT. “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, declaró al periodismo en su primer viaje fuera de Italia. Y en el documental Francesco, del ruso Evgeny Afineevsky, fue aún más lejos: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en una familia, son hijos de Dios. No se puede echar de una familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por eso (…) Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente”. (http://bit.ly/francisco-union-civil).
Pero la reacción actual del clero conservador vaticano multiplicará los rezos de Francisco. En un comunicado el Vaticano dice que “La Iglesia no dará bendición a las uniones del mismo sexo”; algo que descoloca al Papa y ya ha suscitado reacciones de las comunidades católicas LGLT y feminista y por supuesto, del progresismo mundial. (http://bit.ly/uniones-mismo-sexo).
Se trata de la desautorización oficial de una línea política vaticana que, sincera o no, sintoniza con todo el movimiento progresista mundial, no solo con el católico. El Vaticano sigue incluso sin aprobar las “uniones libres” en parejas heterosexuales. El antropólogo e historiador Elio Masferrer, un respetado especialista, subrayó que en el lenguaje vaticano oficial siguen sin emplearse palabras como “gay” y “homosexual”. Se trataría de desviaciones, pecados… Y es en este frenazo a la política de Francisco que Masferrer advierte sobre un cisma que se estaría propiciando en el clero conservador, en particular en el de los grandes países, como Estados Unidos (CNN en español, 15-3-21).
El Vaticano siempre supo adaptarse a los tiempos, y los actuales apuntan a que el poder financiero y económico mundial se orienta hacia políticas autoritarias. Allí están los Trump, los Johnson, los Le Pen, los Netanyahu y los populismos “de izquierda” latinoamericanos, entre otros, con las mil variantes del caso. Y allí están, autoritarios asumidos y en la misma olla económica, solo que progresando, los Putin y los Xi Jinping…
El progresismo mundial también se expande, pero por ahora, no tiene representación política ni proyecto alternativo ante la crisis económica estructural del capitalismo; es solo un fenómeno social. Incluso allí donde puede decirse que existe políticamente, avanza la derecha autoritaria; verbigracia Alemania y los países escandinavos.
Para el clero conservador vaticano, en cambio, siempre se ha tratado esencialmente de quién detenta el poder económico y en consecuencia el verdadero poder político, cualesquiera sean sus maneras. Así ha sobrevivido la Iglesia al Imperio Romano, al feudalismo, a la monarquía. Ahora le toca “al capitalismo”, pero en tiempos de internet y redes sociales, lo tiene difícil.
En España, país católico si los hay “el número de sacerdotes, seminaristas, monjes y otros religiosos continúa en números rojos (…) Atrás quedan los años sesenta, donde más de 8 mil hombres se formaban en los seminarios españoles y unos 24.500 oficiaban misa (…) despachos parroquiales que se cierran y algunos monasterios como el de las monjas clarisas capuchinas de Cifuentes (Guadalajara), abandonados por falta de vocaciones (El País, Madrid, 9-5-19).
¿Los escándalos financieros y de pedofilia mundiales de la Iglesia, ¿tendrán también algo que ver con esto?
A corto o mediano plazo, la encrucijada de Francisco será el cisma, o el tapabocas.
*Periodista y escritor.