SOBRE LA MARCHA DEL 18 DE NOVIEMBRE por Paula Frondizi*
| 20 noviembre, 2016Lo que viví hoy en la desconcentración de la marcha multisectorial por la emergencia social…Al salir de mi trabajo tuve que caminar desde Plaza Lavalle hasta Lima y Chile para tomar la combi que me llevaría a Luján que, justamente como consecuencia de la marcha, no podía partir de su parada habitual. Caminé muchas cuadras por la ancha avenida entre los manifestantes que se desconcentraban. Íbamos en la misma dirección. Yo hacia mi parada, ellos en busca del micro que los llevaría de vuelta a su casa. Donde serán sus hogares? Cómo serán? Cómo vivirán? Vi muchas mujeres jóvenes con niños pequeños e incluso muy pequeños en sus cochecitos. Habían tenido que seguir a sus madres que habían acudido a esa marcha por dinero como si se tratara de un trabajo. Vi mujeres de mayor edad, y se que, a pesar de no ser tan mayores, eso parecen. Su aspecto deteriorado, sus cuerpos deformados por la gordura… De qué se alimentarán? Vi hombres delgados, enjutos, envueltos en una fealdad…existencial. Todos ellos son una parte de nuestra sociedad. Quizá la más sufriente, la más abandonada, ignorante y marginada. La que ha sido doblegada con el fin de ser manipulada como títeres por poderosos que los han comprado por migajas para usarlos a su conveniencia. No he visto violencia en sus rostros ni en sus gestos salvo algunas excepciones. Como es mi costumbre he sonreído y saludado a los niños que seguían de prisa a sus padres. Me miraban con sus ojitos serios y me seguían con la mirada porque a pesar de todo se producía entre nosotros un contacto humano…de corazones. Esta tarde he estado entre personas cuyos rostros están marcados por la desesperanza, por una existencia mísera en todo sentido, seres que sobreviven día a día en condiciones que no me animo siquiera a imaginar. Esta tarde he sonreído por no llorar. A veces, enfrentada a situaciones tan desopilantes es así como reacciono. Sin embargo, al llegar a casa y recordar lo vivido siento una profundísima tristeza que me ha llenado de lágrimas. Porque vi encarnada en esa pobre gente mucho del mal que se ha hecho durante años en un país como el nuestro: rico, abundante, generoso, tierra pródiga y prometida de tantos de nuestros ancestros. Me siento avergonzada y triste. Esta noche lloro por ti Argentina.
Luján, 18-11-2016.
*La autora es antropóloga y cantante.
Muy buena descripción de aquello que en mayor medida (o en todo caso percibido con más dureza si fuera posible) conforma el subsuelo de una sociedad que ha sido arrasada de valores y que ahora tiene la obligación de luchar para sobrevivir con un mínimo de dignidad. Siempre he sostenido la diferencia existente entre el pobre y la pobreza. Mientras aquel tiene , aunque lejanamente la posibilidad de superar su situación, los que engañan con la "izquierda" y viven como de "derecha" , han construído una estructura de la pobreza anclada en el voto cautivo y han privado a buena parte de los argentinos del derecho a ser sujetos y no objetos de la historia. Mientras tanto lloremos…. sin dejar de levantar las banderas de la dignidad.