PERIODISTAS MILITANTES, PATRIOTAS E INDIGNADOS por Carlos Alberto Kreimer*
| 10 septiembre, 2016Un grupo de periodistas (¿?) que se consideraban, incorporando una nueva condición, “militantes” o sea, como se entendió siempre, entregados a la defensa de ideas que los agrupan y convocan con desinterés, durante largo lapso de años y casi diariamente, en el canal oficial de televisión abierta producían un programa titulado “6,7,8”. Los independientes y azorados televidentes, militantes del republicanismo, agotaban su capacidad de asombro al ver que lo que debe ser la pluralidad devenía facciosa y chanta. Hasta acá vaya y pase, se suponía que los participantes de ese panel entregaban generosamente su militancia y, porque no, su ego protagonista. Pero ahora nos enteramos que tal “generosidad” se llamaba entre 65.000 y 85.000 pesos mensuales que, a no dudarlo, absolutamente ningún medio no oficial les hubiera pagado. Estos sueldos se complementaban con los percibidos por cátedras, audiciones radiales y artículos periodísticos (en órganos oficiales o privados con inexplicables pautas publicitarias oficiales que, cuando se acabaron, cerraron dejando a muchos en la calle y a sus “capitalistas” huyendo con el producido en la mano, o le pidieron a los que pagan expensas que los sostuvieran como en el caso de PAG.12). Si ello fuera poco, cuando el canal oficial dejó ser militante de una secta y los excluyó, reclamaron impensadas indemnizaciones que van de uno a tres millones de pesos. Algunos de estos “militantes” se formaron en el “estalinismo” y entendieron bien que la “nomenklatura” era algo más que el poder y el privilegio, también el dinero; negando además que los importes denunciados sean ciertos ya que eran significativamente menores. Así la ética es una cuestión de monto y no de principios.
La administración “K” trajo para dirigir YPF al llamado “mago” de este negocio (que trabajaba en Londres en una importante petrolera con cargo de dirección y con mucha experiencia en su metiere) Ing. Miguel Galuccio. Llegó explicando que su ideal era retornar a la empresa que amaba en su país y donde se había formado. Después de tres años de conducción y si nos guiamos por sus logros, su labor parece poco eficaz, ya que seguimos importando gas incluso de Chile (que originariamente era nuestro comprador) y nuestra “quimera del oro” prometida y propalada con bombos y platillos incluso por la Presidenta Cristina en cadena nacional, o sea “Vaca muerta”, aparece hasta ahora como estéril. Desde luego cargarle el mochuelo solo a Galuccio sería parcial ya que debió lidiar con un mutante negocio internacional y con los límites que le ponía Kicillof. Nunca nos enteramos cuanto ganaba Galuccio pero la nueva administración se consideró exitosa porque concilió una indemnización por finiquitar el vínculo en algo más que cinco millones de dólares. Como ignoramos el contrato se puede suponer que tal remuneración era la que correspondía, en una negociación, al CEO petrolero. Se puede inferir que retornó al país porque convenían las condiciones más que
por su difundido patriotismo, ya que se descuenta que por su experiencia debe estar ya muy bien remunerado en otra similar empresa. Ni patriota ni militante.
Pero los independientes estamos indignados por lo dicho y por otros motivos. El exministro y hoy diputado Arq. Julio De Vido (insospechado de honesto), destinó cuatro millones y medio de pesos en el 2015 para un programa destinado a “fomentar el amor” .Ese importe fue destinado en su casi totalidad a las Universidades de San Martín, La Matanza, Tres de Febrero y la Tecnológica. Con esas sumas se beneficiaron los intelectuales y los artistas militantes. Parece que solo enfriaron su arrogante entusiasmo cuando vieron al ex Secretario de Estado y a la hija de la ex Presidenta con los millones de termo sellados.
Una jueza federal de San Martín la Dra. Martina Forns dictó una disparatada sentencia sobre las tarifas eléctricas de todo el país. Si fuera poco por su cuenta mandó el expediente a la Corte Suprema en una suerte de per saltum al revés que horrorizaría a un estudiante que comenzara a leer derecho adjetivo. El Alto Tribunal no solo revocó su sentencia sino que –indignado- la mandó a estudiar derecho. Pero lo jueza se consideró una perseguida política. Ya lo dijo el filósofo: “Lo mismo un burro que un gran profesor…Los inmorales nos han igualado”
*Miembro del Club Político Argentino