BARRACAS, EL BARRIO DE LAS TRES ESQUINAS por Carlos Manus
| 15 julio, 2014Este barrio debe su nombre a las antiguas barracas que a fines del siglo XVIII comenzaron a instalarse en la orilla izquierda del Riachuelo, construcciones rudimentarias que almacenaban cueros, lanas, cereales y otros productos que salían o llegaban a la ciudad. Algunos historiadores afirman que las barracas eran el primer lugar donde alojaban a los esclavos traidos al Río de la Plata.
Desde la época del gobierno de Juan Manuel de Rosas hasta fines del siglo XIX, Barracas fue el lugar de residencia de las familias más acaudaladas, las que habitaban en lujosas casonas y veraneaban en las señoriales quintas que bordeaban la avenida Santa Lucía (después Calle Larga y luego avenida Montes de Oca), nexo principal entre el centro de la ciudad y el Riachuelo. Durante esa época el barrio cobró mucha importancia y en 1833 se realizaron corridas de toros en homenaje a Rosas.
La epidemia de fiebre amarilla que se desató a finales de ese siglo, traída por las tropas que regresaban del frente de la Guerra de la Triple Alianza, causó que esas familias se mudaran a la zona norte de la ciudad. Años más tarde llegaron las olas de inmigrantes (con preponderancia de gallegos, cántabros, genoveses y judíos sefardíes) que, conjuntamente con la instalación de fábricas, transformaron la zona en un barrio industrial de clase trabajadora.
Es el barrio mencionado por Leopoldo Marechal en su obra Adán Buenosayres y por Ernesto Sábato en Sobre héroes y tumbas. Fue cuna de los payadores César Cantón y Félix Hidalgo y de Angel Villoldo autor de los tangos El choclo, La morocha y Cuidado con los 50. Varios tangos fueron ambientados en Barracas:
Viejo café de Barracas,
turbios recuerdos de entonces,
que allá por el año once
tenía entreveros de facas…
Hoy has cambiado tu pinta,
todo es nostalgia y neblina,
ya no es muchachos de esquina
la del Café El Pasatiempo,
cuando tocaba en sus tiempos
el Tigre del Bandoneón[i]…
Café de Barracas. Enrique Cadícamo
Una calle en Barracas al Sur[ii],
una noche de verano,
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto del barco italiano…
(…)
Y, desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón,
y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo
y un reo meditabundo
va silbando una canción…
Silbando (1925). José González Castillo
… Bailarín compadrito,
que floreaste tu corte primero,
en el viejo bailongo orillero
de Barracas al Sur…
Bailarín compadrito (1929). Miguel Bucino
Yo soy del barrio de Tres Esquinas,
viejo baluarte de un arrabal
donde florecen como glicinas
las lindas pibas de delantal.
Donde en la noche tibia y serena
su antiguo aroma vuelca el malvón
y bajo el cielo de luna llena
duermen las chatas del corralón.
Soy de ese barrio de humilde rango,
yo soy el tango sentimental.
Soy de ese barrio que toma mate
bajo la sombra que da el parral.
En sus ochavas compadrié de mozo,
tiré la daga por un loco amor,
quemé en los ojos de una maleva
la ardiente ceba de mi pasión.
Nada hay más lindo ni más compadre
que mi suburbio murmurador,
con los chimentos de las comadres
y los piropos del picaflor.
Vieja barriada que fue estandarte
de mis arrojos de juventud…
Yo soy del barrio que vive aparte
en este siglo de Neo-Lux
Tres esquinas (1941). Enrique Cadícamo
Las Tres Esquinas son las que se forman con el cruce de la calle Osvaldo Cruz (antes llamada Tres Esquinas) y la avenida Montes de Oca. En la intersección de Osvaldo Cruz con las calles Vieytes y Herrera existía una estación de ferrocarril llamada Tres Esquinas destinada a trenes de carga que empalmaba con las vías procedentes de Plaza Constitución.
Junio 6, 2013