UN MAESTRO DE LA POLÍTICA Y DE LA VIDA por Esteban Lijalad
| 5 julio, 2014Conocí a Néstor Grancelli Chá en 2011, cuando estaba realizando entrevistas a viejos militantes universitarios de los años 40 y 50. Fue por sugerencia de otro grande, Rodolfo Pandolfi, que comencé el proyecto de recoger testimonios de una época casi olvidada, de boca de sus protagonistas. Los testigos del peronismo real, como llamé al proyecto. Entrevisté así a a Rodolfo Pandolfi, Milo Gibaja, Ernesto Weinschelbaum, Hugo Gambini, Carlos Villalba, Ludovico Ivanissevich Machado. Y a Nestor Grancelli.
Pero a diferencia de las demás, esta entrevista se continuó de alguna manera en el tiempo. Mantuvimos innumerables charlas telefónicas, intercambiamos- hice la cuenta- unos 140 emails en estos tres años. Me enviaba artículos suyos, o artículos de otros que le parecían interesantes. Me invitó a escribir regularmente en la revista Con-texto, su último proyecto, codirigida por Ernestina Gamas. Se publicaron allí las entrevistas que había realizado. Y a cada tanto Néstor me insistía “¿Por qué no me manda alguno de sus artículos?”.
Néstor se transformó de alguna manera en un referente de cómo vivir la vida y llegar, lúcido, a la décima década. Sabía hablar, pero sobre todo, sabía escuchar. Respetaba al otro, no le quería imponer ideas u opiniones.
El año pasado fue premiado en el Congreso de la Nación por su trayectoria en defensa de la Democracia. En su discurso dijo lo que nadie se atrevería hoy a decir: que la generación del 45 luchó contra el fascismo nacional, encarnado en el gobierno militar del 43. El “fascismo nacional” es un fantasma que todos ocultan, pero que está vivo y opera aun en la mente de supuestos “demócratas”.
El último proyecto en común fue la reunión, en su domicilio, del grupo de entrevistados y otras personas con el gran historiador italiano del peronismo, Loris Zanatta.
Yo me había contactado con Loris- a quien no conocía personalmente- y le envié las entrevistas. A las pocas horas me contestó que le habían parecido interesantísimas y que ya que vendría a Buenos Aires en junio, le gustaría reunirse con esas personas. Se lo comenté a Néstor y allí comenzó su febril tarea de organizar el encuentro. Lista de invitados, texto de la invitación, guión de la reunión, detalles organizativos y protocolares , desde qué masas servir, a quién lo pasaría a buscar a Loris Zanatta por su hotel, etc. Hasta último momento estuvimos en esas tareas.
Pero antes de la reunión, programada para el jueves 12 de junio, Néstor fue internado por una infección. Aún desde el sanatorio no quería perderse detalle, e insistía en que lo dejaran participar.
Fue, para él, una desilusión. La reunión se grabó, pensando en que a Néstor le gustaría escucharla. No pudo ser. Su larga lucha de 94 años terminó días después.
El lunes 7 de julio- por invitación de Néstor- expondré en la cena mensual de la Fundación 5 de Octubre de 1954, que hasta hace poco él presidió. Será esa una ocasión para rendirle homenaje, recordarlo y renovar el compromiso por la libertad, compromiso que él cumplió hasta el último minuto de su vida.