LA RECETA DE ABRAHAM LINCOLN por Franciso M. Goyogana*
Con-Texto | 9 noviembre, 2022Los países del mundo han debido transitar dificultades en procura de sus propios futuros. La República Argentina se encuentra en 2022 con problemas semejantes. Los resultados obtenidos no parecen haber tenido éxito a largo plazo. Sin embargo, aquellos que utilizaron las mejores ideas de estadistas eximios han alcanzado en muchos casos los objetivos racionalmente perseguidos, mientras que otros Estados, carentes de ideas y capacidades, se han perdido en el tiempo, y hasta en su desaparición de los mapas.
Un Presidente que alcanzó el triunfo de su país, llevándolo al nivel de potencia global fue Abraham Lincoln (1809-1865) quien rememoró tormentosos años en el discurso del 19 de noviembre de 1863 en Gettysburg. El mensaje de Lincoln mencionaba que “nuestros padres crearon en este continente una nación concebida en libertad y dedicada a la proposición de que todos los hombres son iguales”. Señalaba también que en aquella ocasión su país se encontraba inmerso en una gran guerra civil que ponía a prueba su propia supervivencia, pero que restaba la dedicación a una gran tarea que quedaba por delante, con muertos honrados que dieron su vida en postrer sacrificio. La tarea pendiente era la de resolver un nuevo nacimiento de libertad para los norteamericanos, con el renacimiento de una nación libre, con un gobierno del pueblo por el pueblo, para que el pueblo no desaparezca de la tierra. La histórica alocución de Gettysburg se fusionaría entonces con el no menos célebre decálogo de valores que constituyó la estructura básica del progreso por venir. El plan de Lincoln fue breve, pero amplio en su alcance: solamente faltaba encontrar la receta correcta para alcanzar el cambio de la situación existente y llegar al éxito. La fórmula aplicada había sido la siguiente, simplemente el decálogo de Abraham Lincoln:
1.- No se puede crear prosperidad desalentando la iniciativa privada
2.- No se puede fortalecer al débil, debilitando al fuerte.
3.- No se puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes.
4.- No se puede ayudar al pobre, destruyendo al rico.
5.- No se puede elevar al asalariado, presionando a quien paga el
salario
6.- No se puede resolver el problema mientras se gasta más de lo
que se gana.
7.- No se puede promover la fraternidad de la humanidad
admitiendo e incitando al odio de clases.
8.- No se puede garantizar una adecuada seguridad con dinero
prestado.
9.- No se puede formar el carácter y el valor de un hombre
quitándole su libertad e iniciativa.
10.- No se puede ayudar a los hombres realizando por ellos
permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por
sí mismos.
*Vicepresidente , Academia Argentina de Historia
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