HOMENAJE A OLGA OROZCO * por Néstor Grancelli Cha
Nestor Grancelli Cha | 12 agosto, 2012
* Al cumplirse el 15 de agosto de 2012, trece años de su desaparición
El 29 de agosto de 1999, en la primera página del Suplemento Cultura de La Nación se expresaba: "Hace dos semanas una de las voces más importantes de la poesía argentina de este siglo se adentró definitivamente en la oscuridad, que para ella era otro sol. Su producción, reconocida en todo el mundo de habla hispana, refleja la osadía de una creadora que se aventuró en el peligroso reino de lo sagrado para satisfacer su sed de absoluto".
Así se refería el diario a Olga Orozco y publicaba en el mismo Suplemento notas de sus amigos y críticos. "Olga Orozco reconoció siempre que, para ella, la muerte era una obsesión hostil contra la que luchaba con su maravilloso sentido del humor", recordaba Antonio Requeni- "Cuando debió afrontarla, ya había escrito mucho de lo que le dictaba su pasion creadora".
"Siempre -escribió Cristina Piña- buscó recuperar en el amor, la escritura y el esoterismo, la unidad perdida del alma y de lo divino: Ese anhelo la llevó a convertir su propia vida en un poema".
En uno de sus libros, editado por Losada en 1951 con ilustraciones de J.Batlle Planas, que tituló Las Muertes, Olga recuerda aquello de Crommelynck: Carina "yo morí de un corazón hecho cenizas" . El título del libro es el del primer poema que lo integra; el último lleva simplemente su nombre como título "OLGA OROZCO".
Hoy, en otro aniversario de su muerte, los publicamos en recuerdo de quien nos brindó su cálida amistad.
Néstor Grancelli Cha
L A S M U E R T E S
He aquí unos muertos cuyos huesos no blanqueará la lluvia,
lápidas donde nunca ha resonado el golpe tormentoso
de la piel del lagarto,
inscripciones que nadie recorrerá encendiendo la luz
de alguna lágrima;
arena sin pisadas en todas las memorias.
Son los muertos sin flores.
No nos legaron cartas, ni alianzas, ni retratos.
Ningún trofeo heroico atestigua la gloria o el oprobio.
Sus vidas se cumplieron sin honor en la tierra,
mas su destino fue fulmíneo como un tajo;
porque no conocieron ni el sueño ni la paz en los
infames lechos vendidos por la dicha,
porque sólo acataron una ley más ardiente que la ávida
gota de salmuera.
Esa y no cualquier otra.
Esa y ninguna otra.
Por eso es que sus muertes son los exasperados rostros
de nuestra vida.
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O L G A O R O Z C O
Yo, Olga Orozco, desde tu corazón digo a todos que muero.
Amé la soledad, la heroica perduración de toda fe,
el ocio donde crecen animales extraños y plantas fabulosas,
la sombra de un gran tiempo que pasó entre misterios y entre
alucinaciones
y tambien el pequeño temblor de las bujias en el anochecer.
Mi historia está en mis manos y en las manos con que otros las
tatuaron.
De mi estadía quedan las magias y los ritos,
unas fechas gastadas por el soplo de un despiadado amor,
la humareda distante de la casa donde nunca estuvimos,
y unos gestos dispersos entre los gestos de otros que no me
conocieron.
Los demás aún se cumple en el olvido,
aún labra la desdicha en el rostro de aquella que se buscaba en
mi igual que en un espejo de sonrientes praderas,
y a la que tú verás extrañamente ajena:
mi propia aparecida condenada a mi forma de este mundo.
Ella hubiera querido guardarme en el desdén o en el orgullo,
en un último instante fulmíneo como el rayo,
no en el túmulo incierto donde alzo todavía la voz ronca y llorada
entre los remolinos de rtu corazón.
No: Esta muerte no tiene descanso ni grandeza.
No puedo estar mirándola por primera vez durante tanto tiempo.
Pero debo seguir muriendo hasta tu muerte
porque soy tu testigo ante una ley más honda y más oscura que
los cambiantes sueños,
allá, donde escribimos la sentencia:
" Ellos han muero ya.
Se habían elegido por castigo y perdón, por cielo y por infierno.
Son ahora una mancha de humedad en las paredes del primer
aposento ".
§ «Primer Premio Municipal de Poesía» (1963)
§ «Premio de Honor de la Fundación Argentina» (1971)
§ «Premio Nacional de Teatro a Pieza Inédita» (1972) por Y el humo de tu incendio está subiendo
§ «Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes» (1980)
§ «Premio Esteban Echeverría»
§ «Gran Premio de Honor» de la SADE
§ «Premio Nacional de Poesía» (1988)
§ «Premio Gabriela Mistral» de la OEA (1988)
§ «Premio Konex de Platino de la Fundación Konex» (1994)
§ «Láurea de Poesía de la Universidad de Turín»
§ «Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo» (1998).
§ «Premio Konex de Honor» (2004).