¿ES IMPOSIBLE TERMINAR CON LA GUERRA? Por Francisco Santolo*
Con-Texto | 6 marzo, 2022
Estoy conmocionado por lo que está sucediendo y cómo lo habilitamos con nuestro silencio, inacción, impotencia, valores, convenciones e instituciones actuales.
Siento la responsabilidad de expresarme e incentivar a otros a hacerlo y lo he hecho en cada una de mis redes diariamente desde el inicio de la guerra. Ayer fui expulsado de Instagram por manifestarme por la paz 🕊️, lo que multiplicó las expresiones de no violencia.
En este artículo abordo el problema desde otro enfoque, e intento contribuir desde mi experiencia en emprendimientos, innovación y generación de valor, algunos conceptos que nos habiliten a imaginar otras posibilidades:
- Los negocios consisten en generar valor a otros seres humanos y capturar valor.
- Las empresas se organizan para escalar negocios de forma repetitiva. Ejecutan ese modelo de negocio ya validado una y otra vez.
Elegimos esa institución hoy para coordinarnos, generando valor en conjunto para la sociedad. Valor incremental, nuevo.
El sistema tiene virtudes, pero en la práctica aún genera un problema de desigualdad creciente. Arrastramos la deuda de resolverlo, la generación de valor ha traído abundancia y hoy hacerlo depende sobre todo de nuestra voluntad, valores y coordinación.
- La guerra, que también una institución humana, es la destrucción de valor en su máxima dimensión (con la excepción de las industrias que se alimentan de ella, vinculadas generalmente a los que impulsan el conflicto).
Implica una interrupción y disrupción violenta de la generación de valor, para luego hacerse la nación invasora de las fuentes de valor, o lo que queda de ellas (en general recursos naturales). Habilita eliminar cruelmente a personas inocentes, que son originalmente los destinatarios de la generación de valor.
No existe el valor como fin en sí mismo, todo valor es generado para las personas.
Si bien los Convenios de Ginebra intentan promover la seguridad de los civiles y han definido ciertos actos como crímenes de guerra, revivimos en los abusos que hoy suceden en Ucrania que no hay mecanismos establecidos para detenerlos o evitar que se extiendan en el tiempo.
La guerra priva a las personas de las libertades más básicas, suspende las protecciones del estado y atenta contra la vida, que debería ser nuestra prioridad primera.
Si coincidimos en que tanto las empresas como la guerra son instituciones humanas, comprendemos inmediatamente que podemos influir sobre ellas, modificarlas, transformarlas y hasta decidir sobre su existencia.
En el caso de las empresas, podríamos organizar la generación y distribución de valor de otra manera. Esto ya está sucediendo. La complejidad y volatilidad del mundo que vivimos, nos lleva a adaptar el concepto de empresa tradicional, originalmente pensado para la producción en escala y la eficiencia en los costos.
Así como en las naciones vivimos en estado de derecho y protegemos la vida, así como establecemos instituciones, mecanismos e incentivos para prevenir, controlar y juzgar actos de crueldad, abuso y violencia, podemos sin ninguna duda hacerlo a nivel global.
Necesitamos nuevas instituciones y mecanismos globales para un mundo donde los problemas son creciéntemente globales.
Al sistematizar e intentar regular la guerra se partía de la base de que era inevitable. Eran otros tiempos, un mundo menos interconectado, con menor capacidad de información inmediata que habilitara el control. El experimento de las sanciones económicas en esta guerra, o el posicionamiento de las empresas tomando claramente partido (Mastercard, Visa, DHL, MSC, Fedex, BP, Exxon, Apple, Google, etc) muestran que podemos incorporar otras alternativas.
Terminar con la guerra como una decisión en manos de las naciones y sus gobernantes, hoy es un acto posible.
Y considero que debemos unirnos, coordinarnos, y trabajar incansablemente en conjunto para hacerlo.
El futuro trae un individuo más poderoso, interconectado e influyente a través de comunidades que multiplican nuestro impacto. Estamos descubriendo este nuevo poder y el futuro de la humanidad depende de nosotros.
Todo poder implica servicio y protagonismo. Es una exigencia grande y asimilar este concepto nos invita a asumir una responsabilidad para la que probablemente no estamos preparados. Necesitamos entre otras cosas un cambio profundo en nuestra visión de la diversidad y de los otros, revisar nuestros modelos mentales y desarrollar habilidades emocionales y relacionales. Pero les comparto un primer paso, que podemos y debemos dar hoy y hará una enorme diferencia: no permanecer en silencio, inactivos, ni asumiendo que los problemas son ajenos a nosotros.
5 de marzo de 2022
*The Startup Hacker as featured in Forbes ⋄ Harvard Alumnus ⋄ CEO & Founder at Scalabl® ⋄ Innovation, Intrapreneurship & Entrepreneurship Consultant…