Editorial 5-08-2019
Con-Texto | 10 agosto, 2019Estimados lectores,
Este blog fue creado en mayo del 2012, “muchos medios estaban en manos del anterior Gobierno o de sus socios y testaferros. Por eso decidimos buscar otro canal de difusión de ideas. Nuestro objetivo fue aportar nuevas voces, difundir nuestras disidencias y desmitificar la agenda de los medios oficiales. Agenda programada desde un pensamiento único” La ley de medios acechaba amenazante y periodistas opositores estaban siendo presionados con visitas de la AFIP o con el retiro de pauta en sus programas, por parte del gobierno.
Ahora, a pocos días de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en las campañas presidenciales que estamos transitando (y padeciendo), se menciona la contraposición entre volver “al pasado” o “ir hacia el futuro”.
Inexorablemente hacia el futuro vamos. Aunque hay futuros posibles como remedos de un pasado no muy lejano donde pensar diferente y expresarlo públicamente era motivo de temor. Pero como al pasado no se regresa, podríamos suponer que en un imitación farsesca, de ser elegido el gobierno anterior, podrían incrementarse algunas características ya que ese mismo pasado modificó la posibilidad de reeditarlo con mesura. Los atropellos a la libertad de expresión y a la acción de la justicia que tramita distintas causas de corrupción en vías de ser juzgadas, ya han sido esbozados. Los procesos se deben, según dicen, a una persecución política aunque las pruebas del saqueo en poder de los jueces son contundentes.
Puede haber muchos que recuerdan haber estado mejor en ese pasado ya que sin duda para la mayoría su situación económica ha empeorado y hay quienes votaron a este gobierno y se sienten defraudados por el resultado. Y hay otros que no razonan y se dejan guiar por su fanatismo. Los populismos tienen siempre seguidores cegados y alejados de la razón. Pero sin plata no es fácil reeditar los que hicieron aprovechando años favorables donde los dólares entraban y sirvieron para comprar voluntades, amasar fortunas y dejar áreas hipotecadas por el derroche y la corrupción.
Aunque sería enriquecedor que de acuerdo a lo que el pasado haya dejado en nuestra memoria, algún aprendizaje de esa experiencia pueda orientarnos. Desde ahí se puede proyectar en el presente esa promesa de conducirnos hacia “el futuro”, entendiéndose como una situación mejor.
Pero teniendo en cuenta las múltiples concatenaciones posibles, es de resultado impredecible porque una buena o mala decisión incuba una parte de ese futuro y descarta otras que podrían haber sido mejores o peores.
Se puede hablar de un plan, una estrategia para alcanzar un propósito, una meta, pero a la vista sólo se expresan, buenas intenciones y un inevitable ajuste.
Saber que el elegir un rumbo supone la anulación de otro, de otras metas, es algo que se oculta ya que muchos son los factores que pueden intervenir, hasta la mano de la naturaleza que no controlamos.
Tanto los que proponen regresar al pasado como los que nos invitan a acompañarlos al futuro presentan desde su lugar una única idea inevitable y sin alternativas.
Tan enfrascados en desacreditar al oponente frente a una población desconcertada por la paupérrima oferta, sólo atinan a disparar sobre nosotros anuncios publicitarios como dardos que se incrustan en la subjetividad sin que lo advirtamos.
Se elude el debate sobre ideas y propuestas ya que no existen más allá de los slogans. Educación, ciencia y técnica, salud, cuidado de medio ambiente, no son seriamente mencionados.
Mientras “el mercado” amenaza con subir o bajar su dedo en señal de aprobación o disconformidad, alejado de la realidad práctica de cada día. Cumple con su cometido y tiene consecuencias directas sobre ella.
Iremos a votar de acuerdo a nuestros miedos, no siguiendo nuestras convicciones. En algunos casos se irá influenciados por los mensajes en las redes mientras estamos enredados, impotentes, atrapados en la realidad de cada día.
Les mando a continuación algunos artículos que ya han sido publicados en www.con-texto.com.ar
Cordiales saludos
Ernestina Gamas
Este blog fue creado en mayo del 2012, “muchos medios estaban en manos del anterior Gobierno o de sus socios y testaferros. Por eso decidimos buscar otro canal de difusión de ideas. Nuestro objetivo fue aportar nuevas voces, difundir nuestras disidencias y desmitificar la agenda de los medios oficiales. Agenda programada desde un pensamiento único” La ley de medios acechaba amenazante y periodistas opositores estaban siendo presionados con visitas de la AFIP o con el retiro de pauta en sus programas, por parte del gobierno.
Ahora, a pocos días de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en las campañas presidenciales que estamos transitando (y padeciendo), se menciona la contraposición entre volver “al pasado” o “ir hacia el futuro”.
Inexorablemente hacia el futuro vamos. Aunque hay futuros posibles como remedos de un pasado no muy lejano donde pensar diferente y expresarlo públicamente era motivo de temor. Aunque al pasado no se regresa, podríamos suponer que en un imitación farsesca, de ser elegido el gobierno anterior, podrían incrementarse algunas características ya que ese mismo pasado, modificó la posibilidad de reeditarlo con mesura. Los atropellos a la libertad de expresión y a la acción de la justicia que tramita distintas causas de corrupción en vías de ser juzgadas, ya han sido esbozados. Los procesos se deben, según dicen, a una persecución política aunque las pruebas del saqueo en poder de los jueces son contundentes.
Puede haber muchos que recuerdan haber estado mejor en ese pasado ya que sin duda para la mayoría su situación económica ha empeorado y hay quienes votaron a este gobierno y se sienten defraudados por el resultado. Y hay otros que no razonan y se dejan guiar por su fanatismo. Los populismos tienen siempre seguidores cegados y alejados de la razón. Pero sin plata no es fácil reeditar los que hicieron aprovechando años favorables donde los dólares entraban y sirvieron para comprar voluntades, amasar fortunas y dejar áreas hipotecadas por el derroche y la corrupción.
Aunque sería enriquecedor que de acuerdo a lo que el pasado haya dejado en nuestra memoria, algún aprendizaje de esa experiencia pueda orientarnos. Desde ahí se puede proyectar en el presente esa promesa de conducirnos hacia “el futuro”, entendiéndose como una situación mejor.
Pero teniendo en cuenta las múltiples concatenaciones posibles, es de resultado impredecible porque una buena o mala decisión incuba una parte de ese futuro y descarta otras que podrían haber sido mejores o peores.
Se puede hablar de un plan, una estrategia para alcanzar un propósito, una meta, pero a la vista sólo se expresan buenas intenciones y un inevitable ajuste.
Saber que el elegir un rumbo supone la anulación de otro, de otras metas, es algo que se oculta ya que muchos son los factores que pueden intervenir, hasta la mano de la naturaleza que no controlamos.
Tanto los que proponen regresar al pasado como los que nos invitan a acompañarlos al futuro presentan desde su lugar una única idea inevitable y sin alternativas.
Tan enfrascados en desacreditar al oponente frente a una población desconcertada por la paupérrima oferta, sólo atinan a disparar sobre nosotros anuncios publicitarios como dardos que se incrustan en la subjetividad sin que lo advirtamos.
Se elude el debate sobre ideas y propuestas ya que no existen más allá de los slogans.
Mientras los mercados amenazan con subir o bajar su dedo en señal de aprobación o disconformidad, alejados de la realidad práctica de cada día, cumplen con su cometido y tiene consecuencias directas sobre ella.
Entonces iremos a votar de acuerdo a nuestros miedos, no siguiendo nuestras convicciones. En algunos casos se irá a votar influenciados por los mensajes en las redes mientras estamos enredados, impotentes, atrapados en la realidad de cada día.