EDITORIAL 18-02-2019
Con-Texto | 20 febrero, 2019A quienes siguen con-texto:
Estamos en febrero de un año electoral que se anuncia azaroso. Sabemos que nos veremos acosados por la tediosa propaganda de innumerables postulantes que se dicen con capacidad para dirigir el destino del país, o sea el nuestro. Aunque tratemos de sustraernos, nos alcanzará el asedio de sus mensajes. Un contienda planteada de manera facciosa, en la que se buscará la descalificación del oponente.
Demasiada gente en busca del poder y nadie que nos deslumbre, nadie que nos inspire la suficiente confianza por su capacidad. Nadie capaz de exponer un plan como estrategia de reconstrucción para un desarrollo con equidad en el que nos veamos incluidos. Sólo un repertorio de la inmediatez.
La oferta es un artilugio de marketing guiado por medidores de opinión, llamados “encuestadores”, que sacan conclusiones del comportamiento y preferencias de los ciudadanos para orientar sus campañas y en las que los problemas estructurales quedan relegados.
Y por supuesto una ignorancia absoluta de lo que significa política, ese arte de manejar la polis, respetando la Constitución y la división de poderes, fortaleciendo sus organismos de control, tratando de acordar en el disenso, de percibir cómo compatibilizar las demandas que se dan en toda sociedad. Ya que, como dijo Max Weber, hay dos formas de hacer de la política una profesión. Vivir para ella o vivir de ella.
Es por eso que los que pretenden escalar hasta esa cima, sólo manejan slogans y propuestas impracticables, si es que el ascenso se hace realidad. Y en estas apariciones en medios o por redes, las diferencias de fisonomía disimulan su gran parecido y vacuidad.
Alguien que fue presidente dijo con todo cinismo que si hubiera dicho lo que iba a hacer no habría sido votado. Y así nos fue.
La gente de a pie paga servicios, impuestos y demás erogaciones que no alcanzan techo, tratando de hacer malabarismos para que los ingresos alcancen, mientras se cierran locales en su barrio y en su entorno algunos van quedado sin trabajo.
Se votará una vez más por miedo y por descarte, evitando un posible mal mayor. O tal vez, aparezca una creación mediática que tuerza las preferencias de manera irreflexiva y fuerce el rumbo hacia lo inesperado. Aunque es temprano todavía para cualquier predicción.
Basta con hacer ejercicio de memoria.
Estos artículos publicados que les acerco, escritos por lúcidos articulistas, dan cuenta de miradas locales y de otras partes del mundo.
Un cordial saludo
Ernestina Gamas