BOLSONARO, LA MORAL CAPITALIZADA por Andrés Ferrari Haines*
Ernestina Gamas | 26 octubre, 2018El apoyo a Jair Bolsonaro se presenta como un voto moral: “hartazgo de la corrupción del PT”. También: “horror de un partidocuyo líder está preso”. Estos argumentos parecen bastar para simpatizar con ese candidato. “La indignación con el PT” parece ser justificativa suficiente para pasar por alto el hecho que la elección presidencial en Brasil, en primera vuelta, tuvo otros candidatos, además de Bolsonaro, que podrían significar un rechazo al PT: Ciro Gomes o Marina Silva. En cambio, este domingo, Brasil puede estar entrando en una tenebrosa continuación del impeachment a Dilma Rousseff. De hecho, no son pocos los que ven el proceso que pusieron en marcha, venírseles encima.
La conocida periodista de la poderosa red Globo, Miriam Leitão, una de las más férreas opositoras del PT, recientemente expresó: “el PT cometió los errores que – los que siguen esta columna saben – jamás dejé de criticar, pero el partido fortaleció la Policía Federal, eligió el primero de la lista para el Ministerio Público, nombró ministros del Supremo que en su mayoría tuvieron y tienen posiciones de independencia. Aprobó la ley de Delación, de Ficha Limpia y de Acceso a la Información”. También criticó polarizar la elección como si Brasil tuviese ante el riesgo comunista de la Guerra Fría y que el riesgo de transformarse en Venezuela no es ni derecha o de izquierda, sino del autoritarismo. Otro conocido colega de la misma red William Waack – que hace unos meses tuvo que alejarse de la emisora cuando, sin percibir que estaba al aire, vertió expresiones racistas en vivo – difundió una grabación en la que alerta la pésima imagen internacional que Bolsonaro trae a Brasil. El expresidente Fernando Henrique Cardoso afirmó que “Bolsonaro no tiene pensamiento liberal, ni sé si tiene incluso pensamiento”, mientras que el expresidente del Partido Social Demócrata Brasileño, Alberto Goldman, sostuvo que “nunca se me pasó por la cabeza que un día pudiese votar en el PT” pero “Bolsonaro es todo lo que abominé y viví en la dictadura”.
Folha de São Paulo denunció que hubo una masiva disparada de mensajes de Whatspp desde Estados Unidos justo antes de la primera vuelta, hecho que Mauro Paulino, director del centro de encuestas Datafolha, confirmó en su twitter dado el salto atípico que tuvo la intención de voto a Bolsonaro en los momentos finales. Este hecho constituye un delito para la ley electoral brasileña, lo que llevó a la empresa y a Facebook a cerrar miles de cuentas falsas que difundían noticias truchas sobre Haddad y el PT, como que irían a implantar un kit-gay en las escuelas y que eran pedófilos. Tampoco es legal su forma de financiamiento – se mencionan R$ 12 millones – por parte de empresarios (dos que lo admitieron en video) en forma no declarada (“Caja 2”, como se lo llama), el delito por el cual están presos miembros del PT, aunque no de otros partidos pese a existir las mismas pruebas contra ellos. El medio tuvo que solicitar protección a la policía por las amenazas que están sufriendo a raíz de esa nota. En similar situación se encuentra Reinaldo Azevedo, “el mayor anti PT de Brasil”, quién expresó “escribí un artículo contra Bolsonaro y me amenazaron de muerte. Escribí cuatro libros contra el PT y nunca fui amenazado de muerte”
No sólo la mitad de los brasileños ve la posibilidad de que una nueva dictadura se instale en su país. Preocupados que lo que suceda en Brasil refuerce un movimiento internacional que lleve al poder gobiernos reaccionarios y antidemocráticos en otros países, intelectuales y figuras públicas en todo el mundo se han manifestado contra Bolsonaro. Más de 40 Intelectuales alemanes, como Axel Honneth y Claus Offe, alertan en base a la historia de su país de los peligros de una apología a la tortura y la violencia. De hecho, los alemanes ya vienen preocupándose con el matiz derechista en Brasil luego de la reacción suscitada ante un video que su embajada en Brasilia por publicó sobre el nazismo. Después que sea definido el nazismo como ‘ideología de extrema derecha’ por parte del Canciller alemán Heiko Mass, seguidores de Bolsonaro inundaron la página de la embajada criticando esa visión afirmando que el nazismo fue un movimiento de izquierda. Perplejos académicos alemanes salieron a explicar que el uso de ‘socialismo’ por parte del nazismo nada tenía de izquierda. En Deutsche Welle, el politólogo alemán Kai Kenkel afirma que nunca se había visto en Alemania esa discusión, sólo en Brasil: “si usted le pregunta a un neonazi en Alemania si es de izquierda, se llevará una bofetada”.
Un grupo con 350 economistas brasileños y extranjeros, muchos colocándose como anti-PT, que incluye al Premio Nobel George Akerlof y al creador de Consenso de Washington, John Williamson, publicaron un manifiesto en favor de Fernando Haddad por su respeto a la democracia. Otro economista premio Nobel, el profesor de Yale Robert Shiller, distribuyó un video alertando los riesgos de Bolsonaro (y Trump) a los derechos humanos y democracia. 200 intelectuales europeos también se expresaron en una declaración conjunta, entre ellos T. Piketty, M. Aubry, D. Fassin, P. Burke. Los sociólogos ibéricos Boaventura de Sousa Santos y Manuel Castells se están movilizando para ayudar a Brasil evitar Bolsonaro. 170 especialistas que luchan contra la corrupción en 63 países, reunidos en la 18º Conferencia Internacional Anti-Corrupción en Dinamarca, también criticó las amenazas a la sociedad civil de Bolsonaro y su forma de tratar como “terroristas” a entidades y movimientos sociales, necesarias para combatir la corrupción.
Bill Clinton ha manifestado su preocupación por la campaña de odio de Bolsonaro y un grupo de figuras globales, entre ellos, N. Chomsky, Felipe Gonzalez, Vicente Fox, François Holande, Bernie Sanders, y Perez Esquivel se han expresado en igual sentido en un manifiesto. Steven Levitsky, profesor en Harvard y autor de Cómo mueren las democracias ha hecho pública su preocupación, así como otras personalidades como el Papa Francisco, Cher, Madonna, Daniela Mercury y Roger Waters. Joan Manuel Serrat denuncia que a Bolsonaro le parece normal la persecución racial, mientras que Barcelona le retiró a Ronaldinho Gaucho el status de embajador porque apoyó a Bolsonaro quien expresa valores con los que el club no concuerda. Chico Buarque y Caetano Veloso se juntaron en Rio de Janeiro en un recital en favor de Haddad esta semana.
New York Times llama a Bolsonaro “la triste elección de Brasil” y The Economist una amenaza para América Latina, algo que puede ser un preaviso luego de que Bolsonaro expresara su deseo de establecer en la región una unión de gobiernos de derecha y su hijo, Eduardo, Diputado por Rio de Janeiro, declarara que bastaba un cabo y un soldado para derrumbar la Corte Suprema y manifestar su deseo de declararle la guerra a Venezuela. A su favor se ha expresado David Duke, exlíder Ku Klux Klan, y los políticos y empresarios salpicados por la Operación Lava-Jato – como el actual presidente Temer y Eduardo Cunha desde la cárcel.
No debería sorprender: su partido hasta este año, el Progresista, con 31 es el que tiene más involucrados en esa investigación (contra 6 del PT), siguiendo la línea de esa agrupación que tuvo en sus filas a Paulo Maluf, ex gobernador de São Paulo e ícono de la corrupción brasileña, quien, entre incontables casos, construyó un túnel en San Pablo que, con un sobreprecio que se calcula en US$ 400 millones, fue más caro el túnel del Canal de la Mancha. El propio Bolsonaro, frente al triplex atribuido a Lula, posee al menos R$ 15 millones en patrimonio inmobiliario, además de vivir de la política hace dos décadas, al igual que sus, aunque pretende implementar un fuerte corte fiscal. De hecho, empleó como ñoqui 15 años a Walderice Santos da Conceição, hasta ser denunciado por la Folha de São Paulo. También cobró desarraigo 23 años en Brasilia, pese a ser dueño de un inmueble en la ciudad – el cual explicó que lo usaba de bulo. Su aumento patrimonial desde 2006 fue casi 170% y el de su hijo Eduardo 430% desde 2014, en ambos casos, totalmente incompatible con los ingresos correspondientes a sus cargos públicos. Paulo Guedes, que es presentado como su gurú económico, también es investigado por gestión fraudulenta en un Fondo de Inversión que recibió R$1.000 millones entre 2009-13.
Mientras Bolsonaro anuncia que hay que ‘ametrallar al PT’, promete tenaz persecuciones a grupos sociales y desprotección a todo tipo de minorías, en un país que según Piketty tiene la peor distribución de ingreso del mundo y la mitad de su población sólo terminó la escuela primaria, la Bolsa de Valores de San Pablo se dispara a medida que se acerca el día de la consagración del candidato moral que promete una fuerte flexibilización laboral, una dura reforma jubilatoria, cortar el aguinaldo, vacaciones entre otros derechos laborales y entregar los recursos nacionales a empresas extranjeras.
La moral está salvada.
*Profesor UFRGS (Brasil)
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