6 DE FEBRERO DE 2017
| 7 julio, 2018Estimados lectores de con-texto.
El efecto Trump puede reconfigurar el panorama de relaciones internacionales. Esto recién empieza y no sabemos a ciencia cierta que dimensiones alcanzará. Tampoco si las instituciones en el país del Norte serán suficientemente fuertes como para morigerar las acciones impulsivas de un personaje ignorante y peligroso que ocupa una de las posiciones más relevantes en la escena internacional.
Los primeros decretos han caído como latigazos. Una juez federal ha frenado temporariamente las deportaciones de inmigrantes que ya contaban con el visado correspondiente, entre ellos becarios, traductores y gente que poco parece tener que ver con acciones terroristas.
México ha sido el blanco inicial, en el proyecto endogámico que pretende poner en práctica el jefe del nuevo gobierno norteamericano. En este mundo global donde todo resulta interdependiente, cerrarse sobre sí mismo e iniciar una guerra comercial no parece el camino más indicado. Recordemos que él mismo tiene inversiones en distintos países del mundo, cosa reñida con las normas más elementales de ética pública. El efecto boomerang puede facilitar a China avanzar hacia una posición preponderante. Ahora el encono con Irán puede ser una repetición de lo que encaró su antecesor republicano, otro iluminado que, contra la opinión del mundo entero, puso el pie en el hormiguero cuando se aventuró, montado en una mentira, a encarar la guerra contra Irak. El mundo sufre las consecuencias de la dispersión de sunitas fundamentalistas y fanáticos.
La situación en Europa no parece la más propicia dejándole espacio a partidos xenófobos y ultra nacionalistas mientras las ambiciones geopolíticas de Putín esperan agazapadas para pegar el zarpazo sobre los territorios que ambiciona. Aunque puede ser que haya luces que no estemos percibiendo todavía. Portugal puede ser un faro que marque un rumbo y si logra ser imitado por Francia, no todo estará perdido.
Con motivo de los cien años de la Revolución Rusa, el renombrado intelectual de Sousa Santos, recuerda el pensamiento de Marx tan alejado de lo que fueron los sanguinarios regímenes comunistas. En un momento en que el neoliberalismo desalmado y voraz se ha quedado sin contra peso y concentra cada vez más riqueza, parece importante recontextualizar su pensamiento.
Mientras tanto en nuestro país, vamos de trimestre en trimestre como “Esperando a Godot”, distraídos por escuchas, destrato entre cómplices y la promesa de posibles juicios orales a quienes saquearon el país. Desconcertados algunos, pasándola mal otros muchos, somos testigos de marchas y contramarchas por cuestiones urticantes que no deberían haberse puesto en agenda. Mientras, se incendia o se anega el campo con las tremendas consecuencias para nuestra producción y exportaciones.
Especialmente recomendado el artículo de investigación de Jorge Ossona sobre la religiosidad en los barrios marginales. Pocos han incursionado sobre un tema que echa luz sobre las creencias que se combinan entre los más pobres como consuelo o paliativo para su situación desesperanzada.
Los dejo con los artículos que espero que sean esclarecedores y que inviten al debate.
Cordiales saludos
Ernestina Gamas
Directora