TURISMO, OTRA FICCIÓN DEL RELATO por Ariel Dulevich Uzal*
| 28 noviembre, 2015Publicado en Clarín el 19 de noviembre de 2015
En el marco de la opacidad en materia de análisis y propuestas programáticas sectoriales que caracterizó la campaña, resulta oportuno abordar la temática del turismo, fuerza productiva vanguardista en el mundo que goza de reconocido potencial entre nosotros. Una mirada retrospectiva nos muestra que durante la década “ganada”, dominó el área la improvisación y la ineficiencia de erráticos e inconsultos cursos de acción generando la ralentización del sector, provocada por una conducción macroeconómica cuyos responsables ignoraron su existencia, mientras la pregonada Política de Estado Turística, fue solo otra ficción del relato.
Agravada exponencialmente la brecha entre el turismo emisivo y el receptivo extranjero, este acusa los efectos de la licuación de la ventaja cambiaria que otrora nos brindó los beneficios de la salida de la convertibilidad, pero que desde entonces no logra recuperar el poder adquisitivo del visitante, enervado por la inflación endémica que padecemos y la pérdida de competitividad de nuestros productos en el mercado internacional. El “País Turístico” que anunciaba el Ministro, ha quedado reducido a un país con turismo emisivo crónico, en tanto el déficit de la balanza turística acusa un egreso rayano en los 6.000 millones de dólares. Claro está que el turismo no es el victimario sino la víctima. Los empresarios que integran el “cluster” comercial, afectados por la presión inflacionaria, están obligados a reformular sus tarifarios al límite de la rentabilidad, adecuándolos a una menguada demanda signada por la recesión.
Es hora de diseñar una Política de Estado de Turismo, de real entidad, integral e idónea. La Ley Nacional de Turismo debe ser la primordial herramienta para viabilizar dicho estatus mediante su impostergable reforma, apuntando a consolidar un espíritu auténticamente republicano y federal. A la arbitrariedad en el manejo de los fondos provenientes del 5% que grava los pasajes al exterior, -logro precursor de la gestión del Presidente Raúl Alfonsín junto con la primera ley de corrimiento de feriados-, se suman hoy recursos inéditos del flujo emisivo que fueron administrados discrecionalmente, privilegiando a Gobernadores e Intendentes amigos. En tal contexto la coparticipación federal, deviene ficticia y nada aporta a la crisis de las economías regionales. Alarman las severas objeciones de la AGNación al Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable –la mediática “vedette” del MINTUR-, acusando falencias en la previsión y evaluación del impacto ambiental, resultando aún más deplorables las irregularidades administrativas que denuncian falta de transparencia en la ejecución de obras con créditos del BID. El virtuosismo de la “Industria sin Chimeneas”, –como en otras latitudes-, debe ser parte de la solución y no del problema, convirtiéndose en una palanca al servicio del desarrollo y el progreso del país.
Ariel Dulevich Uzal
*Ex Subsecretario de Turismo de la Nación