BARQUINA, UN PERSONAJE DE BUENOS AIRES por Carlos Manus*
| 21 agosto, 2015Barquina fue uno de los personajes característicos de “la fauna porteña”, cuyo verdadero nombre era Francisco Antonio Loiácono. Por su andar compadrito, Carlos Raúl Muñoz y Pérez (Carlos Muñoz del Solar o el Malevo Muñoz o Carlos de la Púa) lo bautizó Barquinazo, que el mismo Loiácono acortó en el sobrenombre que lo popularizó.
Barquina hizo el cursum honores en el diario “Crítica” donde ingresó como ascensorista, después fue secretario de Ulyses Petit de Murat y, finalmente, hombre de confianza de Natalio Botana.
La sede de “Crítica” en Avenida de Mayo 1333 constaba de dos ascensores, uno para uso exclusivo de Botana y el otro para el personal del diario. En la pintoresca verba de Barquina, uno de los ascensores era para “el trompa” y el otro para “la gilada”[1].
Barquina, logró recomponer la amistad entre Carlos Gardel y Carlos de la Púa, distanciados a raiz de una nota publicada por éste con motivo de haber cantado Gardel una canzoneta, y en la que le aconsejaba: “¡Largá la mandolina, Carlitos!”.
Salvó de un mal trance a muchos de sus amigos incluyendo a Petit de Murat, al que consiguió arrebatar de los verdugos torturadores de la Sección Especial de la Policía.
Estando preso en la Penitenciaría por orden del dictador José F. Uriburu, Botana, que gustaba de las bromas fuertes, les pidió a sus carceleros que hablaran pestes de él cuando llegara Barquina a visitarlo. Sin siquiera pensar en las consecuencias que podrían resultarle, Barquina los insultó salvajemente. Para que el incidente no pasara a mayores, Botana salió de su escondite y le explicó que se trataba de una broma para probarlo, lo que provocó el enojo temporario de Barquina quien le dijo “a los amigos no se los prueba”.
Le dedicaron varios tangos, entre ellos “Barquinazo” de Roberto Firpo y “Dos lunares” de Francisco Canaro.
Loiácono es el autor de las letras de los tangos “Cantor de mi barrio” y “N.P.”, ambos musicalizados por Juan José Riverol, que fueron grabados por la orquesta de Aníbal Troilo, aquél con la voz de Roberto Goyeneche y éste cantado por Raúl Berón.
Por su apodo es recordado por Cátulo Castillo en el tango “A Homero” con música de Aníbal Troilo:
Vamos,
vení de nuevo a las doce…
Vamos,
que está esperando Barquina…
Vamos,
¿no ves que Pepe esta noche,
no ves que el viejo esta noche
no va a faltar a la cita?…..
Según narra Petit de Murat, cuando Loiácono conoció al entonces coronel Juan D. Perón, Barquina, con su habitual desparpajo, le dijo “Si a usted no le diera por la política, qué cuadro con las minas. Con su pinta trabajarían para usted más de las que tuvo el gallego Julio”
Por su parte, Helvio “Poroto” Botana cuenta en forma algo distinta esa salida de Barquina. Según Botana, siendo Perón presidente, Loiácono lo fue a visitar y lo trabajó con esta frase: “Lástima que chapó este laburo de Presidente. Con la pinta que usted tiene ¡qué flor de cafisho pudo haber sido!”.
Referencias:
Botana, Helvio I. Memorias. Tras los dientes del perro. Peña Lillo editor. Buenos Aires, 1985.
Folino, Norberto. Barceló y Ruggerito patrones de Avellaneda. Centro Editor de América Latina. Buenos. Aires, 1971.
Petit de Murat, Ulyses. La noche de mi ciudad. Editorial Emecé. Buenos Aires, 1979.
Abós, Alvaro. El tábano. Vida, pasión y muerte de Natalio Botana, el creador de Crítica. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, noviembre 2001, pág. 130.
En el lenguaje del turf, “N.P.” significa “No placé”, y se aplica al caballo que no dio dividendo.
“Pepe” y “el viejo” se refieren a José Razzano.
El Gallego Julio era el sobrenombre de Julio Valea que con Juan Nicolás Ruggiero (Ruggierito) sintetizaban el liderazgo de la delincuencia en Avellaneda: Ruggierito, matón al servicio del caudillo
Alberto Barceló por el Partido Conservador y el Gallego Julio por la Unión Cívica Radical.