CARTA TESTAMENTO DE GETÚLIO VARGAS
| 11 octubre, 2014Carta testamento de Getúlio Vargas
"Una vez más, las fuerzas y los intereses contra el pueblo se coordinaron y se desencadenaron sobre mí.
No me acusan, insultan; no me combaten, calumnian, y no me dan el derecho de defensa. Necesitan apagar mi voz e impedir mi acción, para que yo no continúe defendiendo, como siempre defendí, al pueblo y principalmente a los humildes.
Sigo el destino que me he impuesto. Después de décadas de dominio y expoliación por los grupos económicos y financieros internacionales, me hice jefe de una revolución y vencí. Inicié el trabajo de liberación e instauré el régimen de libertad social. Tuve que renunciar. Volví al gobierno en los brazos del pueblo.
La campaña subterránea de los grupos internacionales se alió con los grupos nacionales furiosos contra el régimen de garantía del trabajo. La ley de ganancias extraordinarias fue paralizada en el Congreso. Contra la justicia de la revisión del salario mínimo se desencadenaron los odios. Quise crear la libertad nacional potenciando nuestras riquezas a través de Petrobrás, y, en cuanto ésta comienza a funcionar se expande la onda de agitación. La Eletrobrás fue obstaculizada hasta la desesperación. No quieren que el trabajador sea libre.
No quieren que el pueblo sea independiente. Asumí el gobierno dentro de la espiral inflacionaria que destruía los valores del trabajo. Las ganancias de las empresas extranjeras alcanzaban hasta el 500 por 100 al año. En las declaraciones de valores de lo que importábamos existían fraudes probados de más de 100 millones de dólares por año. Vino la crisis del café, se valorizó nuestro principal producto. Intentamos defender su precio y la respuesta fue una violenta represión sobre nuestra economía, al punto de ser obligados a ceder.
Vengo luchando mes a mes, día a día, hora a hora, resistiendo una presión constante, incesante, soportando todo en silencio, olvidando todo, renunciando a mí mismo, para defender al pueblo que ahora se queda desamparado. Nada más les puedo dar, a no ser mi sangre. Si las aves de rapiña quieren la sangre de alguien, quieren continuar con la succión del pueblo brasileño, yo ofrezco en holocausto mí vida.
Escojo este medio de estar siempre con ustedes. Cuando ellos los humillen, sentirán mi alma sufriendo a vuestro lado. Cuando el hambre golpee en vuestra puerta, sentirán en sus pechos la energía de luchar para ustedes y sus hijos. Cuando los desprecien, sentirán en el pensamiento la fuerza para reaccionar. Mi sacrificio los mantendrá unidos y mi nombre será vuestra bandera de lucha. Cada gota de mi sangre será una llama inmortal en vuestra conciencia y mantendrá la sagrada vibración para la resistencia. Al odio respondo con el perdón.
Y a los que piensan que me derrotaron respondo con mi victoria. Era un esclavo del pueblo y hoy me libero para la vida eterna. Pero ese pueblo de quien fui esclavo no será más esclavo de ninguno. Mi sacrificio quedará para siempre en su alma y mi sangre será el precio de su redención. Luché contra la expoliación del Brasil. Luché contra la expoliación del pueblo. He luchado a pecho abierto. El odio, las infamias, la calumnia no abatirán mi ánimo. Yo les dí a ustedes mi vida. Ahora les ofrezco mi muerte. Nada temo. Serenamente doy el primer paso en el camino de la eternida y salgo de la vida para entrar en la historia.
24 de agosto de 1954.
Getúlio Vargas
Mais uma vez, as forças e os interesses contra o povo coordenaram-se e novamente se desencadeiam sobre mim. Não me acusam, insultam; não me combatem, caluniam, e não me dão o direito de defesa. Precisam sufocar a minha voz e impedir a minha ação, para que eu não continue a defender, como sempre defendi, o povo e principalmente os humildes.
Sigo o destino que me é imposto. Depois de decênios de domínio e espoliação dos grupos econômicos e financeiros internacionais, fiz-me chefe de uma revolução e venci. Iniciei o trabalho de libertação e instaurei o regime de liberdade social. Tive de renunciar. Voltei ao governo nos braços do povo. A campanha subterrânea dos grupos internacionais aliou-se à dos grupos nacionais revoltados contra o regime de garantia do trabalho. A lei de lucros extraordinários foi detida no Congresso. Contra a justiça da revisão do salário mínimo se desencadearam os ódios. Quis criar liberdade nacional na potencialização das nossas riquezas através da Petrobrás e, mal começa esta a funcionar, a onda de agitação se avoluma. A Eletrobrás foi obstaculada até o desespero. Não querem que o trabalhador seja livre.
Não querem que o povo seja independente. Assumi o Governo dentro da espiral inflacionária que destruía os valores do trabalho. Os lucros das empresas estrangeiras alcançavam até 500% ao ano. Nas declarações de valores do que importávamos existiam fraudes constatadas de mais de 100 milhões de dólares por ano. Veio a crise do café, valorizou-se o nosso principal produto. Tentamos defender seu preço e a resposta foi uma violenta pressão sobre a nossa economia, a ponto de sermos obrigados a ceder.
Tenho lutado mês a mês, dia a dia, hora a hora, resistindo a uma pressão constante, incessante, tudo suportando em silêncio, tudo esquecendo, renunciando a mim mesmo, para defender o povo, que agora se queda desamparado. Nada mais vos posso dar, a não ser meu sangue. Se as aves de rapina querem o sangue de alguém, querem continuar sugando o povo brasileiro, eu ofereço em holocausto a minha vida.
Escolho este meio de estar sempre convosco. Quando vos humilharem, sentireis minha alma sofrendo ao vosso lado. Quando a fome bater à vossa porta, sentireis em vosso peito a energia para a luta por vós e vossos filhos. Quando vos vilipendiarem, sentireis no pensamento a força para a reação. Meu sacrifício vos manterá unidos e meu nome será a vossa bandeira de luta. Cada gota de meu sangue será uma chama imortal na vossa consciência e manterá a vibração sagrada para a resistência. Ao ódio respondo com o perdão.
E aos que pensam que me derrotaram respondo com a minha vitória. Era escravo do povo e hoje me liberto para a vida eterna. Mas esse povo de quem fui escravo não mais será escravo de ninguém. Meu sacrifício ficará para sempre em sua alma e meu sangue será o preço do seu resgate. Lutei contra a espoliação do Brasil. Lutei contra a espoliação do povo. Tenho lutado de peito aberto. O ódio, as infâmias, a calúnia não abateram meu ânimo. Eu vos dei a minha vida. Agora vos ofereço a minha morte. Nada receio. Serenamente dou o primeiro passo no caminho da eternidade e saio da vida para entrar na História.
24 de agosto de 1954.
Getúlio Vargas