SOBRE EL PROCESO MILITAR* por Rodolfo Pandolfi*
Ernestina Gamas | 9 julio, 2013*Rodolfo Pandolfi, periodista, escritor y buena persona estaba escribiendo un libro “El Conflicto”, cuando lo sorprendió la muerte. Los que siguen son unos párrafos de ese libro inédito que publicamos como un homenaje a su memoria.
“Es casi impensable imaginar una naturaleza sin conflictos. El conflicto se expresa entre los animales y aun, se asegura, entre las plantas. La historia va anudando los conflictos que, según la Biblia, ya se manifestaron en el enfrentamiento entre Caín y Abel.
“En 1976, en 1977, en 1978, la masacre se convirtió en una rutina cotidiana. En poco tiempo, todos los habitantes del país sintieron la boca seca por el miedo”
“En un increíble carnaval de la muerte, cada uno sabía que podía ser juzgado y condenado por un tribunal secreto. Quienes habían sido guerrilleros tenían miedo; quienes habían sido ideólogos de la lucha armada tenían miedo; quienes militaban en la izquierda tenían miedo, pese a que sus aparatos habían negociado con jefes militares porque si se acordaba con unos podía azuzarse el odio de otros. Los ministros y secretarios de Estado tenían miedo y hubo claras señales de ensayos de ejecución de ministros y atentados contra secretarios de Estado. Quienes eran comandantes en Jefe tenían miedo”.
Si tantos tenían miedo ¿Cómo no habían de padecerlo los artistas, los poetas, los novelistas, los músicos, los pintores, los científicos, los periodistas (108 de los cuáles, algunos oficialistas, fueron asesinados)?. Se ha registrado el nombre de 8.000 desaparecidos, pero nadie sabe cuántos miles o cientos de miles de personas han vivido escondidos, se han ido del país, se quedaron temiendo a cada momento cualquier visita imprevista”.
"El secreto doloroso de los dioses y de los reyes -dice Júpiter a Egisto en Las Moscas– es que los hombres son libres. Son libres. Tú lo sabes. Ellos no". Egisto reflexiona: "Si lo supieran, pegarían fuego a las cuatro esquinas de mi palacio. Hace quince años que represento una comedia para ocultarles su poder. Desde que reino, todos mis actos y todas mis palabras tienden a componer mi imagen; quiero que cada uno de mis súbditos la lleve en sí y sienta, aún en la soledad, el peso de mi mirada severa, presente en sus pensamientos más secretos. Pero soy mi primera víctima, ya que no me veo como me ven. ¿Quién soy yo sino el miedo que los demás tienen de mí?".
“El poder, más aún aquel decididamente maligno, lo ejerce la imagen del espejo, un vapor sin arrepentimiento. Quizás, el placer de dañar incluye el goce de sentirse dañado, lastimado por los heridas que van dirigidas a los demás, pero cada uno incorpora dentro de sí. Quizás, lo que es aún más complejo, la destrucción de otro puede ser estrictamente estéril.”
“El poder se hunde en los corazones de quienes creen utilizarlo, pero simplemente es imaginario, no existe”.